jueves, 13 de agosto de 2009

1 blog, 1 verano, 1 ser humano, 2 años, 2 semanas y 2 perros (miércoles 12 de agosto, madrugada del jueves)

P8090226 Sí, 1 blog.  Sí,  1  verano. Sí, 1 ser humano. Sí, 2 años, 2 semanas, 2 perros.

   Hace dos años comencé este blog. También era, claro, verano. Pensé que era el comienzo de algo, de una nueva etapa, de otra cosa. Y lo fue. Pero de algo que no me esperaba.

   Júpiter luce junto a la Luna.

   Hace dos semanas un  hombre negro me ayudó por 5 euros a capturar un perro abandonado. Hace dos semanas regresé a casa con mi viejo perro y duché cuatro veces a un perro abandonado inmovilizado por el miedo.

  

   Llueven Perseidas.

   Hace dos semanas comencé una nueva terapia: Adoptar un perro abandonado. Intentar dar tranquilidad y confianza a un casi cachorro que llevaba abandonado cinco meses. Cuya vida consistía en huir y evitar todo. Intentar convertir en sociable y acogedor a un perro celoso y refunfuñón de casi 15 años. Estar en el medio y ver como uno, poco a poco, dejar de gruñir. O gruñe menos. Como otro, poco a poco, deja de asustarse. O no tanto. Verlos dormir en una alfombra cada vez más juntos.

     La mirada infantil de Rufíán reluce bajo la Luna.

P8060385 
  

   Y esto, tan absurdo y aparentemente (o realmente) infantil y anodino me hace  más bien que el psicoanálisis y las drogas.

   Poco a poco, día a día, en apenas dos semanas Rufíán corre junto a mí confiado, deja que lo acaricie, me mira sonriente bajo el sol del mediodía.

   Poco a poco, día a día, en apenas dos semanas, Argos tolera con indisimulada resignación al nuevo visitante.

   Y aunque Rufián sigue huyendo del resto de las manos que no sean mis manos y hurga en el cubo de la  basura buscando comida y Argos siga gruñendo a este nuevo y extraño visitante y ladre reclamando la atención temeroso de perderla, poco a a poco, día a día, en apenas una semana, consiguen dormirse plácidamente en un m2 de alfombra.

P8120392

   Waukegan, Chicago, Valladolid, Barcelona, Valladolid, Hong Kong, Valladolid.

   Hace dos años escribí: COMENZANDO.

   Pensé que era el comienzo de algo, de una nueva etapa, de otra cosa. Y lo fue. Pero de algo que no me esperaba. Algo absurdo y ridículo como sólo puede ser la vida de un ser humano. Como sólo puede serlo su transcripción a un blog.

   Y hoy, después de dos años, después de cuatro ciudades del mundo, después de 258 entradas de este blog, apenas pienso en nada más que en intentar ser el mínimamente digno líder de esta manada, el mínimo y débil punto de apoyo de esta tríada de mamíferos temerosos del mundo y del futuro, en conseguir recobrar la dulzura y el compromiso de mi afectividad hastiada.

   Sí, el mundo es muy complejo. No sé cuál de todos nosotros tendrá la respuesta. Todo es frágil e imperfecto. Pero consigo que un lazo tan simple como un perro abandonado de 10 meses me una a la vida.

   Bajo el asiento de este avión que nunca aterriza encuentro algo que me hace me hace recuperar levemente la idea de que tal vez aún haya otras posibilidades, que tal vez aún me salve.

   Mientras Júpiter luce junto a la Luna y llueven meteoritos con nombre de lágrimas.

   Sin comprender el mundo, sin conocer el futuro, piezas minúsculas de un universo pequeño.

   Sólo un ser humano y dos perros.

   Sólo eso.

miércoles, 29 de julio de 2009

Las afueras (martes 28 de julio, madrugada del miércoles)

  Las afueras no es nada. Las afueras no están en ningún lugar. Las afueras es un nombre genérico, un libro de poemas, el par de palabra para definir el lugar donde no hay lugar, el lugar que no sabemos definir.

P7280367   

   Argos camina lentamente, sin poder erguir totalmente la cola, utilizándola de timón, cabeceando, haciendo sonar las uñas que arañan sin pretenderlo el suelo. A momentos alza levemente la cabeza para intentar verme, se para a olisquear con interés ya sólo  instintivo, me busca, se pierde. Cuando el sol luce perpendicular, ilumina su pelo ya pardo, hace que su boca se agrande y fuerza una sonrisa de cansancio, calor y casi ya eternidad. Argos camina cansado hacia las afueras, casi ya en las afueras. Argos y yo caminamos, cada uno haciendo nuestro camino, por las afueras.

   Hace casi meses que veo a Rufián. A las afueras de Valladolid, en la carretera que conduce a los cines UGC, en la Nacional 601, la autovía que conduce a León como podría conducir a cualquier otro destino.

P7280372 

 

 

La primera vez que lo vi fue el 28 de mayo cuando subía en bicicleta al cine, junto al tanatorio,  caminando por la cuneta sucio, triste y abandonado.

   Volví a verlo la semana siguiente. Lo miré, dudé, seguí pedaleando.

 

 

    Las afueras: fuera del sitio en que se está.

   Las afueras: en lugar público o en la parte exterior.

   Las afueras: alrededores de una población.

   Las afueras: terreno despejado alrededor de una plaza, para que el enemigo no pueda acercarse sin sufrir el fuego directo de la artillería.

   Pocas veces una definición de la RAE me ha resultado tan exacta. Las afueras. Un lugar que no es un lugar. El lugar donde estamos cuando nos hemos ido.

   Rufián no es su nombre. O sí. He pensado que es un buen nombre. Aunque aquí no tiene lugar la RAE. Sólo la tierna simpatía que da verlo observarte sentado a dos metros de ti. Haciéndose ver. No dejándose tocar. Confiando en que, antes o después podrá olvidar el pasado, confiando en perder la desconfianza.

   Desde hace una semana voy todos los días a las afueras de Valladolid. Una imagen casi traslúcida de mí sale de sí, del propio lugar en que está, de sus propias afueras y se sienta con su viejo perro junto a un perro abandonado.  Argos  parece notarlo. Y se vuelve celoso, se pega a mí, enseña los dientes como un viejo gruñón al joven que extiende las patas junto a el, que mueve la cola temerosa y dulcemente, que se sienta a dos metros de nosotros observando.

   Desde hace una semana vengo todos los días a ver a Rufián, hablo con la pareja de ancianos que le trae todas los días agua y comida, con el trabajador del taller que le compra latas porque ha comprobado que no le gusta mucho el pienso, con el dueño de otro taller que me cuenta cómo los trabajadores de la perrera intentaron atraparlo sin conseguirlo, con la chica que trabaja en el autolavado de coches, con el chico joven que hace un  mes que adoptó a un pointer, con la mujer que le trae comida desde Villanubla, con el hombre de ojos claros de Europa del Este y el hombre negro tal vez de Brasil que viven en la casa junto a la que Rufián duerme todas las noches, en cuya puerta se apoya moviendo la cola tímida y dulcemente cuando se acercan los perros de su interior.

   Las afueras. Sí, las afueras. Adonde llegamos cuando nos hemos perdido, el lugar que está donde se acaba el lugar.

   Rufián nos mira a todos. Con su pelo enmarañado de setter escocés. Camina detrás moviendo la cola lenta y dulcemente cuando no se le observa. Se aleja cuando alguien se acerca, de la galleta que surge de mi mano, del chico joven, de la pareja de ancianos, de los trabajadores de los talleres, de la chica del autolavado, de la mujer de Villanubla, de la pareja de hombres de Brasil y Europa del Este, de mí que vengo a verlo todos los días, que estoy también en las afueras.

   Cuando regreso a casa Argos está extrañamente cariñoso, se pone panza arriba como no hacía desde hace meses, se echa junto a mí y comienza a roncar cuando no han pasado ni 60 segundos.

   Extraño lugar las afueras. Un lugar que está en tantos lugares. Un lugar que no existe. Valladolid, Barcelona, Waukegan, Chicago, Hong Kong, mi cerebro, mi corazón, sí, las afueras.

   Y yo, que como los filetes de las terneras descuartizadas, los lenguados sin aire, los pollos troceados, los corderos que no han probado más que la leche; yo, en este mundo de seres humanos desordenados que nacen, se reproducen por amor o violencia, se asesinan o mueren, no dejo de pensar en un simple perro abandonado

   Tal vez porque los dos estemos en el mismo lugar; porque no conseguimos discernir con exactitud que  ocurrió en el pasado, cuál es nuestro presente, que sucederá en el futuro;  porque los dos caminamos por la misma cuneta y dormimos solos e intranquilos en ese lugar llamado las afueras.

   Y pienso que no sé que podré hacer con él, yo que también estoy en ningún sitio, cómo llegar con un nuevo perro a la casa de mis padres… Pero tal vez todo tenga un porqué, o haya que forzar un poco la doble hélice del destino y todo mi pasado, y todo su pasado, y la vejez de Argos y todos los átomos y todos los eclipses tengan de una manera tan mínima un poco de sentido. Y los celos de un viejo perro se transformen en una cadena invisible, que como la luna, que como el mismo sol formando una semicircunferencia en el horizonte, salve de la carretera a un perro joven abandonado. Tal vez Argos, Rufián y yo descubramos verdadera, hondamente, que todo tiene un principio y un final, que todo tiene su espacio, que nada sobra en su lugar. Tal vez consigamos formar una pequeña, absurda, inconsciente y evanescente tríada que altere todo el universo.

   El hombre negro me intenta decir en castellano que hoy ya no ve posible atraparlo, pero que si regreso mañana a la misma hora habrá intentado que entre en la parcela de su casa.

   Mañana Argos, Rufián y yo regresaremos, estaremos de nuevo en las afueras.

miércoles, 22 de julio de 2009

Julio 2009. El eclipse más largo de un verano infinito sin final (martes 21 de julio, madrugada del miércoles)

eclipse

   El pasado llega hasta el presente. Las letras de lo que escribí forman en líneas como hélices y atraviesan el tiempo hasta esta página.

   Hoy es el eclipse más largo del siglo XXI.

   Desde mi corazón hasta el cielo. La Luna entera pretende mi pecho. Regurgito el Sol que oculta la Luna. Extiendo los brazos y lo entrego.Camino con mis viejas botas de piel vuelta y las vacas muertas mugen mi nombre. Mi galaxia es el Universo. Camino con mis viejas botas de piel vuelta y los potros de ojos cerrados relinchan en mi honor.

   ¿Cuándo comenzó todo? ¿Cuándo se ocultó el Sol en mi pecho? ¿Cuándo comenzó a girar todo? ¿Cuándo comenzó este verano infinito? ¿Por qué pensó que yo lo resistiría?

   Las mareas rodeaban la tierra. La Luna se reflejaba en las olas. El Sol se ocultó en mi pecho.

   Hace tres años un resplandeciente y doloroso verano se había hecho con todos mis sentidos. Se había adueñado de todo el sentido. Hace tres años, una madrugada del 22 de julio, me montaba en un autocar, me subía a un avión en el que no debiera haber subido nunca, comenzaba un viaje sin sentido, comenzaba un viaje que había empezado mucho antes.

   Valladolid, Barcelona, Edimburgo.

   Como un hilo argumental, como la doble hélice del ADN, como las estrellas que forman constelaciones, como un agujero negro.

   Porque al final todo tiene un sentido. Todo tiene un destino. Unos hechos suceden a otros hechos. Los átomos forman los cuerpos. Lo pequeño sostiene a lo grande. Todo gira en orden sin detenerse.

    Tal vez todo empezó con un cromosoma. Las mareas que rodean la tierra. La Luna que se refleja en las olas. Tal vez fue sólo el instinto. El deseo de formar parte de algo. El deseo de no viajar solo. Creer que las palabras son más consistentes que las estrellas fugaces. Sólo eso. Ser humano, ser un ser humano débil, ser un ser humano dolorosamente débil.

   Pero cómo entenderlo, en qué momento comenzó mi parte, por qué el sol pensó que mi cuerpo era un buen lugar para ocultarse, por qué encajan las manos en las caderas, por qué cubren los pechos como si fueran tesoros.    

   Desde hace tres años, desde hace dos años, el sinsentido de todo es su único sentido. O fue mucho antes. Un cromosoma. las mareas que rodean la tierra. La luna que se refleja en las olas. El Sol usando un sacacorchos. La sangre. El Sol dentro de mi cuerpo. 

   Hace dos años, una tarde, una noche de un 21 de julio escribí una última y estúpida carta como quien compra un billete de avión en un aeropuerto desierto. Como un hilo argumental. Como la doble hélice del ADN.

   Valladolid, Waukegan, Chicago, Valladolid, Barcelona.

   No sé cuándo empezó todo. Pero un día el  Sol suplantó a mi corazón y mis costillas ennegrecieron. La debilidad se convirtió en mi única fortaleza. La credulidad se consumió como un envoltorio de plástico en un cenicero. La soledad cegó mis ojos. La norepinefrina se transformó en sangre. Desde entonces sólo existe el verano.

   Valladolid, Hong Kong, Valladolid.

   Pero hoy os lo entrego. Esta madrugada del 22 de julio os lo entrego. Regurgito el Sol que oculta la Luna. Extiendo los brazos y os lo entrego. Como un hilo argumental, como la doble hélice del ADN, como las estrellas que forman constelaciones, como un agujero negro. Hoy os lo entrego.Camino con mis viejas botas de piel vuelta y las vacas muertas mugen mi nombre. Camino con mis viejas botas de piel vuelta y los potros de ojos cerrados relinchan en mi honor.

   Hoy soy consciente, hoy tengo paciencia, hoy quiero continuar lentamente mi viaje. Charlie Cooper me susurra al oído. Botes de pepsi crean órbitas. Hoy quiero que comience a acabarse el verano. Llueven hojas de periódico. El cuerpo de Megan Fox está formado por átomos. Hoy que no sé nada, sin ocupación, sin destino, sin dinero quiero que todo siga girando. Otro tiempo, otras pieles, otras personas. Hoy soy yo y mi pasado y mi futuro y mi tristeza. Sin respuestas. Sin preguntas. El horrible sabor de la Mirtazapina Flas de Stada no es nada. Los átomos de la paroxetina reverberan en mi mente. Los átomos que forman mi cuerpo imperfecto fluyen en la Vía Láctea. Los pollos despedazados cantan canciones de Radiohead en el microondas. Los lenguados buscan en las estanterías cremas hidratantes.  Galletas de avena forman constelaciones. Camino con mis viejas botas de piel vuelta y los perros abandonados caminan a mi lado.

  Y regurgito el Sol que oculta la Luna. Y me froto los ojos. Y extiendo los brazos y mi galaxia es el Universo y os entrego el eclipse más largo del siglo XXI.

miércoles, 24 de junio de 2009

San Juan Ethylparaben (martes 23 de junio, madrugada del miércoles)

   Es hoy. Anuncios de implantes de pelo. Un serum de Clinique. El verano. Como una columna de Elvira Lindo. Mi perro camina lentamente hasta la Subdelegación de Gobierno con la lengua hasta el suelo. Aloe Barbadensis. Anuncios de peluquerías caninas. Aunque algo más joven. Un fluido hidratante para pieles grasas. Con más control de sus esfínteres. Decenas de fotocopias compulsadas. Igual de sabio. El verano parece estar aquí. Futbolistas musculosos, macarras y millonarios que no pagan impuestos. Unas plazas de profesor en secciones bilingües en Europa del Este y China. El deseo. La noche de San Juan. Hace un año. Dos. Tres años. Cuando con 18 años dejé que una mujer metiera las manos en los bolsillos de mi jersey. Una canción triste sugerida, regalada, encontrada hace meses en una película triste en Hong Kong. Alcohol Denat. Sin Aqua. Sin viento, sin fuego, sin tierra. Serenoa Serrulata (Saw Palmetto) fruit extract. Sin la luna. Desafortunadamente la producción de toda la línea de productos capilares de Clinique ha sido detenida y todas sus existencias agotadas. Un atentado terrorista. Sin estrellas. Betaine. Toda la cafeína del mundo. Mi fertilidad estéril. El Mundo Today. Methylparaben. Toda la paroxetina del mundo. Muestras gratuitas de 7 ml de Shiseido. Toda la mirtazapina, todo el minoxidil, todo el idalprem del mundo. Su débil dulzor bajo la lengua. Y todo el pasado. Creatine. Es hoy. Galletas de avena. El verano. El verano parece estar ya aquí. Es la noche de San Juan. Desde la ventana. Cerezas. Sin agua, sin viento, sin fuego, sin tierra. Menthol.Dormido. Rosmarinus Officinalis (Rosemary) leaf extract. Encapsulado. Centella Asiatica (Hydrocotyl) extract. Imaginado. Acetyl Clucosamine. Deseado. Polysorbate 60. Deseando. Parfum. Artificial. Propylparaben. A la Espera. San Juan Ethylparaben.



(Foto obtenida de http://arteixou.blogspot.com/)

miércoles, 10 de junio de 2009

La Luna, L’oréal, el verano y Richard Nixon (miércoles 10 de junio, madrugada del jueves)

nixon

                                       The world on your shoulders
                                       The love of your mother
                                       The fear of the future
                                       The best years behind you

  

   La tierra parece estar de mi parte, y el verano que nunca terminó parece no querer comenzar nunca.

  

   Hace tres días la luna lucía naranja en el cielo, después se ocultó tras las nubes. Hace dos años la luna naranja se ocultó tras las nubes.

                                        

                                         The world is getting older
                                        The times they fall behind you
                                        The need it still grows stronger
                                        The best years never found you

 

   Mi psicoanalista dice que cuando se consigue la transferencia la persona se conecta con el yo, con el “self”. Se interioriza así mismo. Es él más allá de los objetos.

  

   Los suplementos dominicales reproducen, uno tras otro, reportajes sobre el centenario de L’oréal. Es imposible no comprar antes o después un producto de L’oréal. Están en todas las perfumerías, todos los supermercados, todas las farmacias. Los mismos productos con nombres y envases distintos. Productos que nacieron de un tinte de pelo. Productos que se experimentan en los ojos de los conejos

 

                    The love of RichardNixon, death without assasination
                    The love of Richard Nixon, yeah they all betrayed you
                    The love of Richard Nixon, death without assasination
                                       Yeah they all betrayed you
                                       Yeah and your country too

                    Love build around sandy beaches
                    Lover rains down like Vietnam’s leeches
                   Richard the third in the White House
                   Cowering behind divided curtains

        

   Entro en una tienda Marionnaud, en Bodybell, en Sephora. Hay decenas de productos. Los mismos productos con nombres y envases distintos. Protectores solares para el verano. Productos L’oréal con diferentes envases y nombres. Productos que nacieron hace un siglo de un tinte de pelo.

 

   Y sin embargo, hace años caminaba entre estanterías pensando en formas, texturas y pieles. Hace años pensaba en el futuro, hace años pensaba en el verano.

 

                                       The world is getting older
                                       The times they fall behind you
                                       The need it still grows stronger
                                       The best years never found you

   Ahora camino entre las estanterías distante y extraño, observo desde una incómoda lejanía la versión que hace el photoshop de la belleza.

 

                    Ah, the love of richard nixon, death without assasination
                    The love of Richard Nixon, yeah they all betrayed you
                   The love of Richard Nixon, death without assasination
                                       Yeah they all betrayed you
                                       Yeah and your country too
  

 

   Una persona me envía el vídeo de la melancólica canción de una atractiva cantante norteamericana que tenía un pequeño papel en My Blueberry Nights. Una atractiva cantante que vendió su imagen a Chanel y Levi’s.

 

   En la oficina de empleo una funcionaria despistada me indica que si hubiera consumido mi paro después de 2007 o cotizado un mínimo de 3 meses entre 2007 y 2008 en España en vez de en Estados Unidos tendría derecho a una ayuda.

 

   Regreso del psicoanalista con los auriculares del ipod en mis oídos. Compro galletas de avena y cerezas. Recibo el vídeo de una atractiva cantante norteamericana que tenía un pequeño papel en My Blueberry Nights. Argos me espera ladrando a la puerta de la oficina de empleo. Camino entre estanterías repletas de cremas hidratantes, de protectores solares. La derecha y la extrema derecha vencen en Europa.

 

                    The love of Richard Nixon, death without assasination
                   The love of Richard Nixon, yeah they all betrayed you 
                   People forget China and your war on cancer
                                       Yeah they all betrayed you
                                       Yeah and your country too

 

   Y no sé por qué, pero en esta noche de conejos insomnes, en esta noche en la que la luna se oculta tras las nubes, desde hace tres días, esta mañana, en este verano que nunca terminó y parece no querer comenzar nunca, no puedo evitar sentirme estúpida, contradictoria, dolorosamente identificado con Richard Nixon.

 

                    In all the decisions I have made in my public life,
                    I have always tried to do what was best for the nation.
                                       I have never been a quitter.


sábado, 6 de junio de 2009

Breve discurso (sobre la UE) con perro ( sábado 6 de junio)


  
   Argos gime, ladra suavemente, contrae sus músculos y mueve las patas y la cabeza mientras duerme hecho un ovillo sobre la alfombra.
 
   Yo, dejo de leer el periódico y lo observo desde la cama. Lo acaricio sin que se de cuenta.
 
   Qué puede soñar un perro, quién estará en sus sueños.
 
 
    Seguramente los sueños de un perro no serán tan distintos a los de un ser humano.
 
   Desde la ventana de mi habitación veo llover sobre la ciudad. Las copas de los árboles, los tejados de los edificios, la torre de la catedral en la distancia.
 
   En otro tiempo, hace años, hoy sería un día diferente. Habría vivido con más interés y pasión la campaña electoral. Habría debatido, ido a algunos mítines. Habría intentado convencer a algunas personas de la importancia del voto y a mi padre para que no votara.
 
   Hoy es hoy, y es también un día diferente. He seguido la campaña por internet y los periódicos, pero no he sentido pasión, no he ido a mítines, no he debatido.
 
   La campaña, los partidos, sus personas, tampoco lo han facilitado, o me lo han hecho todo más fácil.
 
   Y sin embargo, ahora que dudo aún más de todo, ahora que mi mente está un poco más confusa, sin empleo, sin dinero, desconectado de las cosas y las personas, ahora que mis sueños se parecen, seguramente, a los sueños de mi perro, sigo pensando, intento seguir pensado que algunas cosas tienen sentido, que hay personas y personas, que algunas personas merecen la pena, que algunas ideas pueden cambiar las cosas.
 
   Y aunque el mundo es caótico, complejo e imperfecto, los seres humanos humanos seres humanos, la verdad ambigua y escasa…
 
   Y aunque veo cobardía disfrazada de prudencia en la gestión de la economía, cierta inercia ante el futuro… Ahora, cuando los hechos se empeñan en gritar lo absurdo del sistema, cuando resultaría más sencillo explicar algunos conceptos (la importancia del Estado, la falsedad del capitalismo), cuando ya no hay espacio para más pisos, más coches, más productos… ´
 
   Sí, ahora, pese a todo ello, por todo ello, sigo creyendo, sigo intentando creer en la izquierda…
 
   Mañana no iré a votar. Lo hice ya, hace una semana, por correo. Mi estancia caótica en Barcelona cambio también mi empadronamiento. Aunque en unas elecciones europeas eso no importa.
 
   Y hoy, este sábado 6 de junio, este día que es este día, tan diferente, escribo esta entrada. Intentando creer, intentando tener esperanza. Defendiendo un modelo lejano pero posible de sociedad, de mundo,de Unión Europea.
 
   Mientras veo llover sobre la ciudad desde la ventana. Las copas de los árboles, los tejados de los edificios, nubes blancas y grises, un arcoíris, la torre de la catedral en la distancia.
 
   Intento soñar, humildemente, como sueña mi perro.

viernes, 5 de junio de 2009

Precuelas, versiones y secuelas de un día gris (jueves 5 de junio, madrugada del viernes)

   Hoy ha hecho un nublado, húmedo y caluroso día de bochorno en Valladolid.

   El inspector del Distrito 5 de la policía municipal se disculpa por el calor y porque no haya aire acondicionado en su despacho. El inspector del distrito 5  es un hombre bajito y formal, que me escucha educadamente y me remite al día del juicio y la decisión del juez, antes de acompañarme personalmente hasta la calle. Posiblemente, y aunque no me solucione nada, sea buena persona. Por unos instantes pienso en qué hacer.

   El cielo gris roza las ramas de los árboles que llegan hasta el suelo verde sobre el que destacan la lengua rosa de Argos,  sus viejos y desgatados dientes amarillentos, su pelo blanco y negro.

   El cielo gris se proyecta sobre el tanatorio y sobre la gente que habla a la entrada y sobre mí mismo mientras voy en bicicleta a los cines UGC de Zaratán. Por el arcén camina el mismo perro abandonado, marrón y negro, de la semana pasada. Por unos instantes me quedo mirándolo, pienso en qué hacer, dudo en detenerme y sigo pedaleando en dirección a los cines UGC de Zaratán.

   Supongo que siguen siendo grises las nubes que me observan mientras compro un bono de 5 entradas que pretendo que me rinda el doble.

   Veo una precuela de una saga galáctica a la que nunca he encontrado sentido y que era absurda y naif y un tanto ridícula hace ya décadas. En las sala hay tres hombres solitarios. Somos cuatro. Antes, un tráiler de la secuela de una película basada en unos robots de juguete.

    Cuando acaba voy al servicio, compro palomitas y agua y entro despreocupadamente en la sala donde proyectarán lo que parece una relamida biografía de la reina Victoria. Estoy solo en la sala. Diez minutos después de la supuesta hora del comienzo las luces en la sala siguen encendidas y la música no se detiene en sus altavoces. Pienso que en el programa informático no figurará ninguna entrada vendida y que es posible que no la proyecten e incluso que alguien se sorprenda de verme allí sentado. Salgo de la misma manera despreocupada que entré y me meto en una sala donde proyectan la versión norteamericana de una película coreana de terror. En la enorme sala hay tres parejas que no dejarán de hablar durante toda la película. A la salida habrán colgado unos carteles de una precuela de una saga sobre humanos y robots.

   Regreso a casa en una nublada, húmeda y calurosa noche de bochorno.

   Supongo que todos los policías municipales y todos los jueces y todos los perros abandonados y todos los muertos en los tanatorios y todos los productores de precuelas y todas las parejas que hablan y todos los directores de versiones y todos los internautas que navegan y preguntan y todas los hombres solitarios y  todos los guionistas de secuelas dormirán también bajo un cielo gris.

domingo, 31 de mayo de 2009

El interruptor (sábado 30 de mayo, madrugada del domingo)

   Mi psicoanalista dice que para ciertas preguntas sobre la existencia y el ser humano, preguntas sobre la vida, la crueldad y el dolor, no hay respuestas que valgan, que lo abarquen, que nos consuelen. Y, pese a todo, la mayor parte de los seres humanos, aun en las peores situaciones, sigue viviendo, no se detienen, son productivos, incluso felices, no  se/hacen preguntas.

   Mi psicoanalista dice que la depresión es como un interruptor que detuviera el flujo vital. Me dice que imagine que un interruptor detuviese al comienzo del fin de semana a los habitantes de una ciudad. Que piense en la cantidad de preguntas que se harían estando detenidos.

   Es una imagen sugerente.

   Y es posible.

   Y la comprendo.

   Ahora que siento que la paroxetina es como el delgado hilo de corriente eléctrica que impide que me detenga del todo.

   Ahora que siento que mi energía vital apenas existe. Que me siento desconectado de las cosas y la personas. Que no entiendo el absurdo de todo. Que noto la ausencia de pasión hasta en las ideas.

   Todo ahora es tenue, torpe  e insípido.

   Pienso en el ser humano y la naturaleza, en la lejanía del sexo y la belleza, en el dolor seco y sordo que producen. Veo mi vida, su pasado y su futuro, con las interferencias del canal de televisión de un TDT mal afinado. Siento mi cuerpo extraño e imperfecto y las horas demorarse pesadas, lentamente.

    Sí, la paroxetina aparece como el escaso y único estímulo.  La química del hidrocloruro y el hemihidrato me permite caminar con otro semblante incluso/en estos días soleados. Analizarla en el nuevo hospital Pío del Río Hortega acompañado por mí dulce tía, ejemplo de fluir vital en esta vida que se antoja en sus posos profundos estéril.  Sonreír hablando de mis problemas legales con la Capitana Abogada. Ver dos películas por el precio de una. Mantener la escéptica coherencia de mi historia y emitir mi voto por correo acompañado Argos, el perro de las visitas oníricas, que me mira más confiado. Escribir esta entrada.

   La paroxetina, la mirtazapina, no sé si el tiempo, las cerezas,mi cerebro, los cromosomas que produjeron mis cromosomas, los suplementos dominicales, las galletas de avena, mi psicoanalista, mi perro, el sol  hacen fuerza contra un enorme interruptor, mantienen  un leve hilo de electricidad.

   Yo, casi inmóvil, emboscado por preguntas sin respuesta, en el final de este mayo punzante y extraño, observo con las manos pixeladas el interruptor, lo intento mover mentalmente. 

viernes, 29 de mayo de 2009

Ángeles, ratones, seres humanos, perros, monos y demonios (o piezas y productos) (jueves 28 de mayo, madrugada del viernes)

   Ayer leí en El Mundo que han creado ratones que se quedan calvos.

   Pienso en ello mientras veo Ángeles y Demonios.

    Porque es muy triste es ver cómo Tom Hanks intenta ocultar su alopecia bajo un implante de pelo. Ni una superproducción de Hollywood consigue disimularlo. Mientras veo Ángeles y Demonios no puedo evitar fijarme en las diferencias de tono de su piel, en la burda labor de maquillaje.

   Como no conseguimos curar la alopecia hacemos que los ratones se queden calvos para investigarlo.

   Yo en realidad quería ver Good, pero he decidido tener sesión doble un día a la semana. Los cines en centros comerciales con forma de hangares lo promueven. Lo que ellos se ahorran en trabajadores yo me lo ahorro en entradas.

   Veo un grupo de gente  a la puerta del tanatorio mientras subo a los cines UGC de Zaratán en bicicleta. Un perro camina por la cuneta  sucio, triste y abandonado.

   Es muy triste es ver cómo Tom Hanks intenta ocultar su alopecia bajo un implante de pelo. Pero tal vez lo sea más ver a Stellan Skarsgård, Armin Mueller-Stahl  y Ewan McGregor en este anuncio de Lancia de dos horas y media con pinta de película. 138 minutos intentando resumir cientos de páginas absurdas. Apenas dos imágenes dignas y medio mensaje. Tom Hanks intentando ocultar sus alopecia.

   Hace más de un lustro alguien que fue alguien me regaló el Código Da Vinci. No pude pasar de la segunda página. Hoy estoy viendo esta película. Este producto.

   Cuántas personas, cuántos técnicos,  cuántos millones para hacer un productos. Personas que a lo mejor, seguramente, se lo toman en serio. Buenos actores. Un músico para su banda sonora.

   Good tampoco es una obra maestra, pero al menos intenta indagar un poco más en la esencia del ser humano. Tal vez, pese a todo, lo represente menos

   Leo en Público que han creado monos fluorescentes para experimentos biomédicos.

   En El País un artículo sobre crías de ratones que chillan de forma distinta a los que se les ha introducido un gen humano relacionado con el lenguaje.

   No dejo de pensar que todo son piezas de un mismo puzle. Partes de un mismo producto.

   Aún no logro entenderlo.

   Ángeles, ratones, seres humanos, perros, monos y demonios.

   Cuando escribo esta entrada es muy tarde.

   Cuando salgo del cine el centro comercial está desierto, triste, deshabitado.

   Yo también estoy perdiendo el pelo.

lunes, 25 de mayo de 2009

Reiki, cosas insignificantes, parejas huidas, cantantes desaparecidos, días lluviosos, decoración y pantallazos (domingo 24 de mayo, madrugada del lunes)

   Esta entrada debería haber aparecido hace cuatro días. Debería haber hablado de cosas insignificantes, de detalles banales. Como siempre. Hoy también, claro.

   Debería haber hablado de mi viejo perro jadeante bajo el sol de mayo. Mi viejo perro blanco y negro con sus débiles patas, sus cataratas y su sordera, formando con sus jadeos una especie de sonrisa sobre una lengua rosa bajo el sol de mayo.

   Debería haber hablado de mi subida hasta los cines de UGC en Zaratán en mi bicicleta negra. De cómo no había una buena película buena en la cartelera, compré una entrada para Ángeles y Demonios, me salí de su sala llena, vi un engendro llamado Lobezno y decidí a la salida  meterme tranquilamente (como se deben hacer siempre aquellas cosas que están fuera de las normas, algo que ahora no me cuesta en exceso porque estoy demasiado tranquilo, una tranquilidad extraña y química) a ver Gran Torino.

   Debería haber hablado un poco de Gran Torino, aunque no demasiado, y de cómo regresé a Valladolid de madrugada en mi bicicleta negra con su dinamo plateada y me encontré en mi calle a mi padre paseando al perro, cómo Argos me siguió hasta el garaje corriendo con sus débiles patas, sus cataratas y su sordera. Cómo subí a casa con mi padre y mi perro. Cómo mi madre me hizo a la cena.

    Cosas insignificantes, detalles banales de la vida de una persona más en este mundo absurdo y complejo. De unos padres no sabiendo cómo curar la melancolía a su hijo, aunque intentándolo.

    Esta entrada debería haber aparecido hace cuatro días. Aunque era distinta claro, los hechos eran los mismos, pero las palabras eran otras, los sentimientos eran diferentes.

   Esta entrada hubiera aparecido hace cuatro días si un pantallazo azul no lo hubiera impedido y todos sus hechos, todas sus palabras y todos sus sentimientos no hubieran desaparecido.

    Poco ha pasado desde entonces.

   El sol se ha ocultado tras días lluviosos.

   He recibido y contestado a algunos mensajes.

   Una pareja de neozelandeses ha cerrado su gasolinera, se han comprado unos billetes de avión y han desaparecido cuando han comprobado que el préstamo que habían pedido al banco de 4400€ se lo habían concedido con dos ceros más.

   Una mujer me ha hecho un diagnóstico a distancia y me dice que lo que tengo es ansiedad. Un hombre me ha hecho un diagnóstico a distancia y me habla del peligro de los antidepresivos.

   Me he bajado el último disco de Manic Street Preachers, cuyo letrista se montó en un coche y no volvió nunca.

   En los todos los suplementos dominicales de hoy se hablaba de arquitectura y de pisos y casas imposibles con muebles de diseño.

   Descubro que una mujer vallisoletana que vive en un pueblo de Murcia ha incluido mi blog en su página. Que a través de ésta tengo como nuevo seguidor a un maestro de Reiki de Zamora.

   Sí. El mundo es muy complejo y muy absurdo.

   Y yo me temo que demasiado escéptico y carente de energía vital en estos momentos.

   Pero si alguien quisiera, si alguien pudiera enviarme energía positiva desde cualquier lugar, le estaré muy agradecido.

   Le doy las gracias de antemano

martes, 19 de mayo de 2009

Rexer Flas (martes 19 de mayo, madrugada del miércoles)

Rexer Flas 

   Rexer Flas es un medicamento muy chulo.

   Rexer Flas tiene unos blisters muy bonitos.

   Se separan los alveolos de uno en uno. Se retira con cuidado la lámina.

  Rexer Flas se deshace en la boca.  Rexer Flas sabe a naranja.

   Me lo recetó hace 15 días el médico de la Seguridad Social que compatibiliza su empleo con una consulta privada.

   Más tarde vi un anuncio en este blog. En mi blog.

   La Página de Rexer Flas está llena de opciones. Hay que darse de alta diciendo que eres médico. Hay una docena de tablas y estadísticas en las que siempre se menciona lo más favorable. Algunas partes no están traducidas. Pero todo es limpio, bonito y amable. La página de una compañía farmacéutica.

   Si se anuncia en lugares tan absurdos como mi blog cuánto no gastará el laboratorio en comerciales para que visiten a los médicos. Médicos de la Seguridad Social. Médicos privados. Médicos de la Seguridad Social que compatibilizan su empleo con una consulta privada.

   Rexer Flas, Seroxat, Idalprem… Nada es genérico. En otros tiempo lo hubiera pedido. Pero ahora no tengo fuerzas ni ganas.

   Y es tan bonito el ritual de separar el alveolo, retirar con cuidado la lámina, dejar que la pastilla se deshaga en la boca.

  Rexer Flas no ha cambiado mi vida.

  Rexer Flas no me ha revelado su sentido.

   Rexer Flas no ha borrado mi memoria.

   Rexer Flas no hace que duerma con una hermosa mujer desnuda.

   Pero tal vez gracias a su mirtazapina, tal vez gracias a mezclarlo con la paroxetina, tal vez gracias a algunas dosis de lorazepan hay menos nubes.

   Puedo apreciar por momentos el sol.

   Haya entregado una solicitud para ser profesor en Secciones Bilingües de países de Europa del Este y China.

   Me haya tomado con relativa tranquilidad la denuncia de esos dos simpáticos municipales en la que da la impresión de que yo era una especie de terrorista suicida que se quería inmolar contra la figura de la virgen, salvo que iba andando con una bicicleta y con los cascos del ipod puestos, una imagen de una película de Berlanga pero un poco más pop...

   Aunque a veces aún sienta que no controlo mis sentimientos ni mi cerebro. Aún me sienta decepcionado de tantas cosas y personas. Aún conozca el sabor amargo de la tristeza.

   Pero tal vez un poco menos.

   Separo el alveolo. Levanto con cuidado la lámina. La pastilla se deshace en mi boca. Me echo minoxidil. Tomo un zolpidem con un comprimido de extracto de semilla de uva y un gran vaso de agua. Me cepillo los dientes.

   Apago la luz. Me meto en la cama y escucho Depeche Mode con mis auriculares Technics y cierta sensación ambigua en el cerebro. Y en la boca.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Municipales, denuncias y Jenna the Astrologuer (miércoles 13 de mayo)

   Hace una horas recibo una llamada de la comisaría de Delicias. Los simpáticos municipales han decidido denunciarme: no sé si por altercado público, blasfemia o prepotencia. Debo enterarme. Esto me pasa por sentirme ofendido cuando un cura me zarandea de noche en una procesión rodeado de viejas con velas.

   Hace unos años me hubiese hecho más gracia. Incluso me hubiera alegrado. Llamar a una o dos personas a la prensa. Dar detalles del Ejército Azul de Nuestra señora de Fátima. Comentar en el juicio como un cura se abalanza sobre un joven que camina despreocupado junto a su bicicleta en la oscuridad de la noche sólo rota por la luz de las velas sujetadas por decenas de viejas…. En fin…

   Pero ahora tengo algunos problemas un poco más relevantes. Así que me acerco a la Policía Municipal, que está en mi barrio e intento hablar con algún superior para intentar arreglarlo por las buenas y no jugar con los juzgados y la prensa. Me atiende un amable joven que me acaba animando a denunciarlo y que me dice que parece algo de hace 50 años… Tiene razón, claro. Me dice que vaya mañana de 10 a 2 para hablar con el Inspector.

   A la vuelta, me encuentro un nuevo mensaje de la incansable Jenna, que se empeña en predecirme mi futuro cada par de días (y pidiéndome a cambio sólo unos poco dólares que nunca pago).

Good day XXX,


Great news! I have discovered a major astrological event in your life! I have just found out that you will be entering into a period which is sure to be the most important period in your life so far! This period is certainly going to mark the beginning of a brand new period in your life. Just below you can find, in 6 clear points, exactly what I have discovered about this new period:

 
1) In 78 days time the Moon, our satellite will find itself in a position which will mean that it will have a very direct and powerful influence upon you Ignacio. Any professional astrologer can confirm this as my calculations are based on the position of the Moon in your birth chart, and during these few days the Moon will be at it's maximum influence for you.

 
2) The 26 June 2009 will mark the beginning of an intense period of 6 months which will start on this day and last until 26 December 2009This period is going to be immensely rich in chances and opportunities and could even be one of the most intense periods that you have ever lived through.


3) To be a little more precise, these chances and opportunities will be on 3 major levels of your life: greater harmony and balance in your love life; financial gain which may or may not be linked to a game of chance such as the lottery and a sudden evolution in the professional side of your life.

 
4) During this period you will have the prime opportunity to find a permanent solution to the problems which have been dogging you for some time now. You will be able to resolve these issues.

 
5) This is another point which I don't think should be ignored. During this 6 month period you will certainly have the opportunity to meet someone who will be very important in your life and who will have a great deal of impact on your personal development and looks likely to bring very positive change to many different areas of your life.

 
6) This period will really represent a rebirth and the start of a whole new cycle in your life however I must warn you that you must be on your guard against certain exterior elements that may perturb you during this same period and which, if you are not careful, could ruin your chances for success. You will need to be very vigilant and must be ready to put yourself in just the right place and at the right time to make the most of these opportunities which will be available to you over these 6 months.

 
I wanted to warn you as soon as possible about this period, as soon as I found out that it was coming up I wanted to write to you directly as this period is to my mind the single most important event you have lived through in your life so far. Our lives are made up of cycles and, if you can correctly seize the opportunities open to you in these 3 major areas of your life I have told you about, it seems clear to me that the period between the 26 June 2009 and 26 December 2009 will represent the beginning of a new and exciting period in your life. As I have always told you, you can count upon my total commitment and my full help to guide you through this period and I have a great many things to tell you about these opportunities. I've got to run out to take my car to the garage and I'm sorry to leave you like this. I just wanted to send you this email quickly to warn you that I had discovered this significant period in your astral configuration. I will write back to you in just a few hours time to give you some more details about this period, keep a close eye on your email inbox.

 
I'll be back in contact later,
Jenna

   La verdad es que me decía algo parecido en diciembre. Y supongo que dentro de unos días me llegará un mensaje idéntico a otra cuenta de correo electrónico supuestamente de otra persona.

   Pero seamos optimistas por un día en estos días absurdos.  

   Tal vez la Virgen de Fátima, el Cura, los municipales, las velas y Jenna sean el principio de algo.

   Espero que la paroxetina sea mi kriptonita y haga su efecto.

Pelusas, paroxetina, chicas, frigoríficos, viejas, curas, municipales y la puta virgen de Fátima (martes 12 de mayo, madrugada del miércoles)

Virgen de Fátima   

   Es primavera cuando recorro la ciudad en bici para ir a ver al Mantería-Renoir Los Abrazos Rotos.

   Las pelusas de los chopos invaden el aire.

   Una línea negra, delgada y vertical oscila a la izquierda de la pantalla.

   Las peores películas de Almodóvar son, seguramente,  aquellas en las que sus protagonistas son todos de clase media-alta. Aquellas en las que se puede ver la marca de todos los productos que ves en la pantalla (sin entrar en la patética y perversa crítica a la sanidad pública y promoción de la privada).

   Penélope Cruz sale muy guapa. Recuerdos. Recuerdas.

   El frigorífico es también SMEG, aunque blanco.

   Tal vez, estúpidamente, como yo,se sentirá identificada.

   Los personajes jóvenes toman MDMA.

    Podría sentirlo, sentirla más, podría sentirme más triste. Pero la paroxetina parece hacer su efecto. Todo parece un poco más lejano. Siento una serenidad fría, como la película, siento una serenidad química, también de cristal.

    A la vuelta una calle está cortada. A través de la noche veo como avanzan decenas de viejas con velas,  veo un estandarte que dice algo de Fátima.

   Me bajo de la bici. El grupo ocupa el arcén y las dos aceras. Intento colarme por un hueco.

   De repente me agarra del brazo la mano de un cura cuya cara recuerdo, un cura que fue profesor mío en el colegio, que me mandó arrodillarme con gestos mientras supuestamente consagraba el cuerpo de Cristo, que me dijo que era un viejo cuando tenía 14 años, que  pertenece a un grupo llamado, y no es broma, Ejército Azul de nuestra Señora de Fátima, que me temo que no ha olvidado que consiguiera que la misa dejara de ser obligatoria para los alumnos de ese colegio. De repente me agarra del brazo un cura que me exige de mala manera que me aparte. Sigo andando con mis cascos, le contesto que la calle es libre.

   Otra mano vuelve a agarrarme del brazo. Esta vez es un policía municipal. Me ordena que me pare. Me pide el DNI. Le respondo que no tengo ningún problema en enseñárselo, que hasta soy hijo de policía, pero que no hay motivo, que solo camino por la calle, que me he apartado, que no he cometido ningún delito. El policía municipal me dice que he discutido con el cura.

   Mi serenidad química y de cristal se rompe. Blasfemo. No te vuelvas a cargar en dios me dice. Me cago en dios, en la puta virgen y en el papa que era miembro de las juventudes hitlerianas. Un hombre amable y de otro mundo nos intenta dar pines entre mis blasfemias y sus quejas. Vienen dos policías municipales más. Uno de ellos me pide retirarme. Le digo que no va a encontrar antecedentes penales. Estoy un poco muy harto.

   Docenas de viejos caminan con velas, la figura de una mujer que murió hace más de 2000 años y un cura de extrema derecha y yo tengo que estar detenido durante 20 minutos en mitad de la calle por haber intentado esquivarlos escuchando explicaciones y exigencias absurdas de una pareja de policías municipales en esta bendita ciudad de Valladolid.

   Le pido sus datos. Me da su número de identificación: 8810. Vuelvo a cagarme en dios y le digo que siga votando al PP. Me responde molesto que vota a quién le da la gana.

   Ya no hay pelusas en el aire.

   Cuando regreso a casa tengo un correo con un link que ya he visitado.

lunes, 11 de mayo de 2009

La marea y las estaciones (domingo 10 de mayo, madrugada del lunes)

   La luna frente a mi ventana es de un color turbio y anaranjado.

   El psiquiatra de la seguridad social parece levemente molesto de volverme a ver. Se extraña, inexplicablemente, de mi idas y venidas, de mis tratamientos discontinuos con tratamientos que no siento. Cambia la venlafaxina  de Vandral, por la paroxetina de Seroxat, el alprazolam de 2 mg de Trankimazin por el lorazepan de un ridículo miligramo de Idalprem, la mirtazapina del Rexer por su forma flas, unos comprimidos con un vistoso envoltorio.

   Las estaciones pasan. Ya es primavera. Regresé den Hong Kong en enero. Ya es mayo. Pero mi cerebro parece estar en otro momento. En un momento al que no ha llegado la primavera. Antes de mayo, antes de enero, aún antes.

   Una noche no puedo evitar llorar. No sé si de pena, rabia o desesperación. Por ser tan excesivamente consciente de mi fragilidad. De la fragilidad de las relaciones humanas. Por no ser dueño de mi mente ni de mis sentimientos.

   Mi psicoanalista dice en estos casos es como si una marea se lo llevase todo, que resulta imposible ubicar personas, hechos o fechas. Hasta que un día pasa. Habla de un yo diluido, de un yo que debe ser menos yo, un yo flexible y permeable.

   Durante unos segundos  me veo sonreír en el espejo cuando recibo los libros de Plath, Withman y Thomas.

   Compro comprimidos de extracto de semilla de uva.

   Mi perro corre bajo el sol, se mete en el Canal de Castilla, sigue corriendo olvidándose de sus catorce años y medio.

   Acompaño a mis padres al Carrefour. A mi tía para ayudarle a cambiar de móvil

   Veo 25 kilates con la Capitana Abogada en los Broadway. Los gritos del silencio en casa.

    Me descargo el último disco de Doves.

   Y pienso en cuándo pasará la marea. Cuando las estaciones se detendrán y recobrarán su sentido. Cuando construiré sobre mi fragilidad mi fortaleza. Cuándo será mi yo diluido. Cuándo mi sonrisa durará más que segundos. Cuándo volveré a participar confiado, con una fragilidad madura y consciente, de las relaciones humanas.

   Mientras la luna frente a mi ventana es de un color turbio y anaranjado.

domingo, 26 de abril de 2009

32 años, 2 semanas, 36 días, 19 regalices, niñas vampiro y jóvenes cantantes absurdos y suicidas (sábado 25 de abril, madrugada del domingo)

    35 o 36 días hoy o mañana desde la última entrada.

   2 semanas hoy o mañana desde que cumplí 32 años.

   Sí, tiene razón quien dejó los versos en la última entrada de los que mi ignorancia impide conocer a su autor.

            Que las hojas grises nazcan dentro de mí.
            Que emerja la cobardía de este cosmos
            No quiero ser fértil ni en primavera.

      Y la naturaleza parece estar de manera ridícula de mi parte y aún no parece que sea primavera y los días de sol son escasos y las nubes cubren el cielo.

   Apenas ha ocurrido nada en estos ya 36 días. Nada que no haya ocurrido infinitas veces en el pasado. Apenas ha ocurrido nada en mi vida. Nada que no haya ocurrido en otras semanas, meses, tal vez años. O tal vez sí. Todo parece avanzar sin moverse. Sí, tal vez sea eso.

   En los suplementos dominicales aparecen artículos sobre el uso del photoshop para que mujeres hermosas parezcan perfectas en los anuncios de cosméticos junto a anuncios de cosméticos con mujeres hermosas retocadas con phoshop para que parezcan perfectas.

   Después de rechazar varias invitaciones acepto al fin ir con la Capitana Abogada al cine y ella acepta que veamos Déjame entrar. La soledad de dos niños como la de cualquier persona sola o la soledad de todos y la nieve y la sangre. La vida o la muerte a la que hay que permitir entrar para que te acompañe tal vez siempre. Sí, tal vez sea eso.

   Los coches para la clase media-baja son cada vez más parecidos: redondos y ovalados. Los coches para la clase media-alta son cada vez más parecidos: longitudinales, rotundos y ovalados.

   Los precios de los productos bajan cuando yo no tengo dinero.

   La gente es despedida cuando no trabajo.

   Sí, la naturaleza parece estar de manera ridícula de mi parte.

   Cambio a la mirtazapina y a la venlafaxina de nuevo.

    Hay momentos en los que pienso por momentos que podrían desaparecer los momentos.

   Leo un artículo en el que un científico piensa que las galaxias y las formas de vida son finitos y deberían estar repetidos. En cuántas galaxias estaré ahora mismo escribiendo en este blog sobre esta vida y esta primavera.

   Voy a ver Control al Casablanca. En la sala somos cuatro personas. Veo una ciudad gris, un grupo de música y un cantante absurdo, monárquico, conservador, egocéntrico, egoísta, poeta, epiléptico  y suicida mientas como 19 regalices. Sí, tal vez sea eso.

   Me dejo llevar por momentos por la música del último disco de Pet Shop Boys.

   Me concentro por momentos en la música del último disco de Depeche Mode.

   Intento que los periódicos no se me amontonen.

   Devuelvo libros a la biblioteca con retraso y me indican que no podré coger ninguno prestado hasta el 1 de septiembre.

   Compro el pan y el periódico, paseo con mi perro, cierro los ojos y me tapo con una vieja manta.

   Como una especie de regalo de cumpleaños aplazado compro por internet Hojas de Hierba y la poesía completa de Dylan Thomas y Sylvia Plath.

    35 o 36 días hoy o mañana desde la última entrada.

   2 semanas hoy o mañana desde que cumplí 32 años.

     Apenas ha ocurrido nada en estos ya 36 días. Nada que no haya ocurrido infinitas veces en el pasado. Apenas ha ocurrido nada en mi vida. Nada que no haya ocurrido en otras semanas, meses, tal vez años. O tal vez sí. Todo parece avanzar sin moverse. 

   32 años. Un año más o un año menos. Sí, tal vez sea eso.

jueves, 19 de marzo de 2009

Almodóvar, primaveras, relojes, cenizas y Coca-Cola (miércoles 18 de marzo, madrugada del jueves)

   Es miércoles. Ya la madrugada del jueves. Faltan 2 días para el supuesto comienzo oficial de la primavera, pero las estaciones, como tantas otras cosas, no saben de fechas y ya ha llegado. Los días son luminosos, el frío parece haberse escondido, florecen los almendros junto al edificio del piso de mis padres y Argos, mi perro, corre con la boca abierta, formando una especie de sonrisa, olvidando su sordera y sus cataratas.

   Esta noche han estrenado Los  Abrazos Rotos, la última película de Almodóvar.

   Hace tres años vi Volver también en primavera. Vi Volver acompañado en un cine de Salamanca.  Y en mi mente cohabitaban las endorfinas y la esperanza. La estupidez y la oxitocina. Algo que podría llamarse amor y el comienzo de este camino sin destino, aún a la nada. Y hace  tres años, más tarde, también en primavera, en la llamada “semana santa”. En Sanlúcar de Barrameda también hubo endorfinas, oxitocina, cocaína, MDMA, algo que podría llamarse amor. Algo que consideré  amistad. El comienzo de este camino aún sin destino, aún a la nada.

   Hace dos años era también primavera y a comienzos de abril, también en la católica semana llamada santa viajé acompañado a Tánger: amor, estupidez, endorfinas, oxitocina. Pero era el comienzo del fin, la oscuridad que se cernía donde antes había habido luces que aún se ven en las ventanas y camas donde la realidad era inexorable.

   Hace un año era también primavera. Hace un año era todo distinto, vivía en Barcelona, pero también buscaba la felicidad. Hace un año Coca-Cola también hacía anuncios sobre lo que era la felicidad. Hace un año, quién lo iba a decir, también estaba de acuerdo. Hace un año escribía de lo mismo.

   Pero hace un año todo era también diferente y la primavera parecía tener algún sentido. Hace un año, sin tampoco excesivas esperanzas, tuve alguna leve esperanza. Hace un año era ya la llamada “semana santa”. Hace un año era también primavera y escribía del pasado, pero también del posible futuro, de la esperanza.

   Hace un año conocí a una persona con la que vi dos veces seguidas el Drácula de Coppola en la madrugada. Y era muy pronto aún, y no lo llamé amor porque era muy pronto, porque hubiera sido ingenuo, porque sólo algunas semanas bastaron para demostrar que tampoco era un camino. Pero también hubo endorfinas, estupidez  y oxitocina. Hace un año también era primavera y  una persona despertaba mientras escribía su entrada.

   Y hace un año, en primavera, también había algo que podría llamarse amistad, también hubo algo que pareció un grupo. Un  grupo de superhéroes peripatéticos y torpes intentaban ayudarse y comprenderse. Un grupo que comenzaba a desmoronarse.  Hace un año también era primavera y dos personas hablaban sobre la vida por última vez intentando ayudarse y comprenderse.

    Y ahora, en esta primavera todo es también, otra vez,  distinto. Y hay noches en que el zolpidem que debía hacerme dormir hace que  me sienta más despierto en la cama que durante el día. Y oigo sonar las horas de la madrugada. Y la maquinaria de reloj de mi cerebro que hace tres años que no ajusta, que se se mueve lenta y forzada, con los dientes mordiendo los dientes parece funcionar de manera extraña. Y recuerdo otras primaveras. Y me siento extrañamente vivaz, falsamente despierto, y sueño sí, con otras personas, con otras primaveras.

   Pero todo es distinto, en esta primavera todo es también distinto. Y la persona con la que vi Volver en Salamanca, la persona con la que viajé a Sanlúcar, con la que viaje a Tánger sé vuelve ceniza al recordarla. Y ya no hay amor ni endorfinas ni oxitocina. Sólo estupidez, este camino aún sin destino, este camino aún a la nada. Es sólo dolor, recuerdos y una luz en una ventana.

   Y la persona con la que vi dos veces el Drácula de Coppola también se transforma en ceniza que viaja a través de internet intentando recordar, tal vez, también otra primavera.

   Y el grupo de héroes peripatéticos dejo de ser grupo. Y, tal vez como en Watchmen, aquel que fue incapaz de callar y hacerse el ciego, que fue patológicamente intransigente con la verdad, con la honestidad, hubo de ser eliminado.

   Y por eso es miércoles, esta madrugada del jueves, cuando faltan 2 días para el supuesto comienzo oficial de la primavera que sabe tan poco de fechas oficiales, y los días son luminosos y el frío parece haberse escondido y florecen los almendros junto al edificio del piso de mis padres y Argos, mi perro, corre con la boca abierta, formando una especie de sonrisa, olvidando su sordera y sus cataratas, todo es distinto.

    Hoy, ahora, cuando acaba el miércoles, en la madrugada del jueves, mi primavera son un montón de periódicos que no acabo de leer en mi escritorio, mi familia, mi perro, un psicoanalista, lantanon, alprazolam, una tristeza que transforma el pasado en cenizas y un camino aún sin sentido, aún a la nada

miércoles, 18 de marzo de 2009

Primavera, psicoanalistas, luces, oscuridades, ventanas y terroristas estúpidos (miércoles 17 de marzo)

    Es martes. Faltan 3 días para el supuesto comienzo oficial de la primavera, pero las estaciones, como tantas otras cosas, no saben de fechas y ya ha llegado. Los días son luminosos, el frío parece haberse escondido, florecen los almendros junto al edificio del piso de mis padres y Argos, mi perro, corre con la boca abierta, formando una especie de sonrisa, olvidando su sordera y sus cataratas.

   En el mediodía del martes, mi psicoanalista parece reprenderme por no encontrar el núcleo sobre el que establecer la terapia, el tapón que hace que me encuentre en este estado de inercia ansiosa desde hace más de tres años o la mascarada de toda una vida. También me pide que no abuse del alprazolam. Lo siento. Lo siento por él. Pero sobre todo por mí. Si lo hubiera encontrado, si supiera encontrarlo, no estaría siendo amablemente reprendido por un psicoanalista. No intentaría evitar la angustia y volver a ser el mismo ser defectuoso de antes con 8 mg de alprazolam.

   Son las 7 de la tarde y cruzo la ciudad en que nací en bicicleta por primera vez en meses. Escucho de una manera levemente peligrosa los productos que Morrissey también usa para liberarse de la angustia mientras esquivo los coches, y sus sonidos forman una extraña circunferencia con los de mi ipod. Al pasar por la Plaza de La Libertad no puedo evitar orientar mi mirada hacia la luz de la ventana de una habitación que descubrió mi oscuridad hace ya más de tres años.

   A las 7 y 45 soy el único espectador en el cine Mantería viendo R.A.F.: Facción del Ejército Rojo. No sé ni sabía mucho del grupo Baader-Meinhof y estoy algo distraído, pero la película, sin parecerme espectacular, resulta creíble. Por desgracia hay mucho narcisista con ínfulas de salvadores e izquierdistas (en la derecha los presupongo). Por desgracia, aquí hoy en Valladolid, este martes, no parece haber mucha gente interesada en ello.

   Cruzo Valladolid de noche en mi bicicleta mientras Morrissey enumera: valium, temazepan, lithium, HRT, ECT. La luz que descubrió mi oscuridad se ha trasladado al salón.

domingo, 8 de marzo de 2009

Watchman sin Watchmen (sábado 7 de marzo, madrugada del domingo)

    Es tarde y tengo sueño. Son las 4:29 de la mañana. Escucho la banda sonora de Good Bye Lenin en mi ipod mientras escribo esta entrada.

   Nunca he sido un especial aficionado a lo que ahora se llama cómics. Mucho menos a las “novelas gráficas”. E incluso en sus mejores argumentos siempre he visto como algo complicado e infantil contar las hazañas de personas disfrazadas o transformadas absurdamente por extraños y también absurdos experimentos. En mi niñez preferí leer a Astérix o Superlópez.

   300, la película, me pareció (y no entraré ya en detalles de cuándo y con quién la vi, intentaré abstenerme levemente de mi obstinado y obsesivo error), como se dijo en algunas críticas, a la vez homófoba, fasctistoide y filogay y, pese a contar con algunas bellas imágenes, de una estética y violencia amaneradas, casi tanto como la reinona que hacía de Jerjes I. Por no entrar en su veracidad histórica (y en su versión de Persia, los persas, Atenas, los atenienses, Esparta y los espartanos, que sí practicaban con toda naturalidad la homosexualidad).

   Pese a todo voy a ver Watchmen.

   Un almendro está comenzando a florecer junto al Puente Mayor. Una vez más voy tarde. Circus, el último disco de Britney Spears, suena en mi ipod porque estoy intentando flexibilizar mi mente, y porque el mundo es muy complejo y porque es una de las pocas rebeliones que mi mente me permite en estos tiempos y porque me da la gana.

   Y no sé exactamente por qué la película está en la sala B del Roxy. Y me parece apreciar que hay unos cuantos lectores de “novelas gráficas”

   Y sigo notando una ideología confusa (y que es no especialmente idéntica, al parecer, a los de la obra original), una violencia amanerada en sus peleas de golpes sincopados. Lagunas y detalles que hacen que siga sintiendo cierta antipatía por la forma de hacer cine de Zack Snyder pese a reconocer su virtuosismo técnico y formal. Y creo que está bastante por debajo que las versiones de Batman de Christopher Nolan. Y no está Heath Ledger.

   Pero también noto cierta profundidad. Y los supuestos héroes disfrazados son eso, personajes disfrazados. Y los supuestos héroes transformados son eso, personajes que han “sufrido” una transformación. Y su imaginería tiene fuerza. Y hay imágenes bellas y potentes. Y la banda sonora está extrañamente bien escogida. Y se nota que se han gastado mucho dinero, tal vez demasiado (80 millones de dólares), pero tal vez tenga sentido. Porque también hay ideas. Y su versión de la historia, pese a no ser real, resulta mucho más veraz que en 300. Y sus supuestos héroes, sus personajes, se parecen más a seres humanos. Son también carne de psicoanalista.

   Y creo que esperaré un poco para intentar disfrutar de la obra en su origen. Y creo que me compraré primero la poesía completa de Walt Whitman y Dylan Thomas. De Milton Y Blake. Pero tal vez también me compre Watchmen.

   Y regreso solo por un Valladolid que sigo sin sentir como mío. Y vuelvo a hacer el ademán de ver una ventana a través de calles y cientos de metros. Y vuelvo escuchando la banda sonora de Good Bye Lenin en mi ipod. Y compro unas patatas fritas en una tienda rodeado de postadolescentes aparentemente felices y bebidos.

   Y siento que yo también soy un poco vigilante. Pero sin haber sufrido ningún absurdo experimento. Si ver el futuro, o el presente o el futuro. Sin estar disfrazado más que de yo mismo. Sin ningún poder. Sin conseguir ni siquiera realmente ver fuera de mí, verme a mí mismo. Un vigilante estúpido sin misión o compañeros.

   Tal vez, antes o después, algo cambie.

   Porque sí, el mundo es muy complejo.

   Y leo una noticia en Público sobre ratones probeta.

   Y subo esta entrada a las 5:01 de la mañana.

viernes, 6 de marzo de 2009

La gente hace siempre de puta madre lo que hace (viernes 6 de marzo)

P3060365

“Lo que hay que saber es lo que está haciendo”

   Me dice mi psicoanalista el jueves.

   Son las frases a las que encuentro más interés de todo lo que me me cuenta, de lo que  le cuento, de lo que lo que me explica, de lo que intento explicarle, explicarme.

   Más allá de mi posible déficit narcisista (quién lo iba a decir) oculto bajo una superficie obsesiva.

  Me promete estudiar para intentar encontrar una droga que haga más efecto en mi estado de ánimo.

   Por la noche, de madrugada, cuando son casi las tres, como me ha ocurrido otras veces, noto cierto extraño subidón tras tomar el zolpidem, cierta extraña, instantánea y breve felicidad.

   Luego no puedo dormirme.

   Hoy, compro El País, voy a la biblioteca con mi perro.

   Veo anochecer desde mi habitación en el piso de mis padres en un barrio obrero de Valladolid. Los tejados de los edificios y las casas hasta la absurda torre de nuestra absurda e  incompleta catedral. 

sábado, 28 de febrero de 2009

No Line On The Horizon (viernes 27 de febrero, madrugada del sábado)

NoLineU2

   No, yo tampoco la veo. Y no, nada es tampoco como entonces, cuando esperaba no diría yo con ansia, pero sí con una hermosa impaciencia su último disco. Ni lo estoy disfrutando como entonces. Ni como disfruté el concierto de la gira Pop Mart en Madrid.

   Pero tampoco yo soy el mismo. Y eso no es culpa suya.

   Y, sí, me lo he bajado de internet. Y en este caso ni si quiera estoy seguro de ir a comprarlo más tarde. Ni me siento culpable por hacer perder (o no no ganar) algún céntimo de euro o de dólar a su productora o a ellos mismos comprando alguna de las infinitas versiones (con una portada ya utilizada en otro disco, parece que pese a la aparente sobreabundancia faltan ideas e imágenes) y que sacarán a la venta para que la maquinaria musical y este bendito sistema capitalista cada día más  renqueantes continúen.

   Y, sí, también las letras de sus canciones serían más creíbles y apreciables si san Bono no estuviera en todas las fotos con todas las personas de cualquier ideología o pelaje. Si no invirtiera lo mismo en supuestas campañas contra el hambre en África que en fondos de alto riesgo. Si no le diera la mano lo mismo a Nelson Mandela que a Bush.

   Pero pese a todo, pese a todo ello, es mejor que los dos discos anteriores. Y, no, no es el Achtung Baby, ni Pop (lo siento, soy un gran defensor de Pop, desde mi punto de vista su segundo mejor disco).

   Y no, hace tiempo que se perdieron en el camino por el que caminan Radiohead.

    Pero algunas canciones y algunas de sus letras son hermosas pese a todo ello  (en las primeras escuchas optaría por Fez o Cedars of Lebanon).

   Y espero que la línea en el horizonte aparezca tanto para ellos como para mí. Que la línea aparezca.

   Mientras, aquí, una de sus canciones subida en esta supuesta ilegalidad. Honestamente, no creo que sea el mayor problema de mi vida o de sus vidas o del mundo. No creo que le preocupe a nadie.

                                           

jueves, 26 de febrero de 2009

El Curioso Caso de Benjamin Button. Mi ida sin ida ni vuelta a la India II (miércoles 25 de febrero, madrugada del jueves)


   Son ya las 12 cuando salgo del cine. Reparo en un desconchón en el techo.

   La ciudad parece apagada.

   La película no me ha emocionado (aún añoro al Fincher de El Club de la Lucha) y aunque Cate Blanchet siempre me ha parecido una mujer preciosa, además de buena actriz (tampoco creo que lo haga mal Pitt, aunque también lo prefiero en El Club de la Lucha).

   Pese a todo me hace pensar un poco. Un poco sobre cómo es la vida. Sobre cómo es mi vida.

   Scott Fitzgerald y Zelda no parecen un buen ejemplo.O tal vez lo sean, de una manera torpe y deslavazada en mi vida, demasiado.

  

   La India aparece breve, tangencialmente, aunque puede ser, una vez más, una señal…

   Regreso a casa por calles en las que creí ser o fui feliz.

   Veo cuatro maniquíes desnudos en una tienda de Purificación García.

   En los edificios hay algunas luces encendidas. En ellos habrá personas ya dormidas, familias, personas solas, parejas abrazadas.

   En las calles Valladolid sólo hay coches aparcados.

   Hago el ademán de intentar ver una ventana a través de calles y cientos de metros.

   Hace frío.

   Subo esta entrada.

   Mañana será de nuevo, otra vez, otro día.

sábado, 21 de febrero de 2009

Slumdog Millionarie. Mi ida sin ida ni vuelta a la India (viernes 20 de febrero, madrugada del sábado)


   Mi amiga la Capitana Abogada consigue sacarme de mi ya excesivo letargo y llevarme al cine.

   Vemos Slumdog Millionarie de Danny Boyle. Y no diría que es una obra maestra, ni podría decirlo, ni soy vidente,pero sí puedo opinar que me ha parecido una película estupenda.

   No conozco toda la filmografía de Boyle y creo tener la suerte de no haber visto La Playa (aunque por ello mismo tampoco puedo opinar), pero en todas las películas que he visto, Trainspotting (rodada en mi reminiscente Edimburgo) o 28 días después (que vi con subtítulos en chino con el portátil sobre mi regazo en los 11 m2 de mi service apartment de Hong Kong) he podido sentir el ritmo de la vida y las ideas, el ritmo de las ideas plasmadas en imágenes, imágenes que descubrían ideas.

    Y la historia de Slumdog Millionarie no es ninguna historia nueva, pero algunas historias siempre funcionan y, seguramente, es necesario verlas, leerlas,escucharlas de nuevo de cuando en cuando. Porque no hay tantas historias. Porque las historias importantes son siempre las mismas. Porque los seres humanos somos, en un tiempo u otro, con un rostros u otro, seres humanos.

   Y prefiero seguir creyendo infantilmente en la fuerza de algo llamado destino, de una idea llamada amor.

   Tal vez sea la India ese destino, esa idea-fuerza que me está esperando. Tal vez una señal que no fue más que el síntoma de una enfermedad que aún me produce dolor sea la barrera que tengo que traspasar para volver a ser yo mismo, para ser yo mismo siendo ya otro.

   Y no puedo dejar de pensar en ello mientras veo Slumdog Millionarie. Como cuando vi la absurdamente cómica (y más en mi vida) Viaje a Darjeeling. Como en mis dos breves esperas en el aeropuerto de Mumbay.

   Y no conozco la India, y su recuerdo aún me trae tristeza, pero la vida de los personajes es verosímil en su ficción y tal vez sea por los colores luminosos y satinados, por una vez en semanas me parecido sentir que algunas piezas se recolocaban en mi cerebro. Tal vez por el último baile a lo Bollywood. Por la belleza de la protagonista. Por la misma historia que se ha contado durante siglos.

   He sentido como un león fucsia se lamía y relamía las heridas en la azotea de un rascacielos de cristal.

   Tal vez ruja antes de que se acaben el tiempo y mi paciencia.

   Estaría bien.