martes, 7 de octubre de 2008

Aeropuertos (lunes 6 de octubre, madrugada del martes)


Todos los aeropuertos se parecen. La maravillosa compañía de vuelos baratos irlandesa ha conseguido lo que parecía imposible: que viaje casi sin nada. Lo consideraré un favor del destino, que últimamente tan pocos favores me hace…

Todos los aeropuertos se parecen. En los más grandes, las bifurcaciones de sus terminales parecen girar sobre sí mismas como intestinos… Me dejo engullir por el engañosamente no tan grande de Stansted, en el que he estado con diversos motivos tantas veces… Cojo un autobús de National Express para desplazarme al de Heathrow.

Todos los aeropuertos se parecen y sus tiendas, y las personas parecen estar solas y desubicadas en todos ellos. La terminal 3 de Heathrow está llena de pakistaníes, indios y orientales. Unas muchachas con burka toman sonrientes unas cocacolas y unas “walkers”.Yo compro en un “Boots” un refresco de limones sicilianos que dice no tener sabores o colorantes artificiales mientras que, entre sus preservadores y edulcorantes artificiales, me advierte en negrita que tiene sulfuro de dióxido.

A las 11 de la noche, las luces verdes y violetas del exterior del aeropuerto tampoco parecen naturales. Las másquinas abrillantadoras, los grandes carteles amarillos, los secadores de manos…

A las 12 casi está solo y abandonado el mismo aeropuerto. Apenas unas cuantas personas le hacemos compañía desde nuestras respectivas soledades. Pasaré solo la noche en el aeropuerto como tantas otras veces. Esperaremos solos a que llegue un nuevo despegue o un nuevo día.