sábado, 8 de noviembre de 2008

Miss Lau and Carla Bruni in Club 71 (sábado 8 de noviembre, madrugada del domingo)

Extrañamente, llego unos minutos antes que Miss Lau al lugar que ha indicado, el Club 71, un pequeño bar con terraza en la parte trasera de un edificio de Hollywood Road, en el Soho.

Miss Lau, que también se llama Shirley, es una chica delgada y con cierto encanto. Con unos gestos suaves bajo los que se adivinan otros que seguramente no lo serán tanto. Llega con una falda y una rebeca en tonos morados.

Miss Lau es una chica agradable. Me pregunta lo que todo el mundo me pregunta. El porqué estoy aquí, qué hago… Como siempre, contesto mencionando una parte de las causas y motivos. Intento mostrar sólo una parte de mis sentimientos.

Hablamos de Europa, incluso me pregunta por Zapatero. Miss Lau trabaja unas horas en un piano bar y como periodista freelance y ha estudiado en Inglaterra y Francia. Quizás por ello hablamos también de Carla Bruni. Como otras mujeres siente una pequeña irracional y culpable admiración por ella. ¿Por ser el prototipo de hombre machista en mujer? ¿Por haber renunciado, si es que los tuviera, a sus ideales e ideología? ¿Por su narcisismo sin escrúpulos? ¿Por intentar representar el feminismo bajo la novedosa forma medieval de mujer bella con hombre poderoso? Miss Lau no deja de estar algo de acuerdo conmigo (el pasado y mi experiencia también influyen en mis opiniones), y sin embargo…

Pasamos dos horas charlando amigablemente de estas y otras cosas en la terraza del Club 71, junto a un conejo que come y corretea entre las mesas. Todavía no consigo hablar menos.

Se despide de mí mientras sube a un taxi.

Mientras vuelvo en metro a mi habitación en Causeway Bay, el pasado, otros días y otra persona vuelven a mi mente.

Ir escuchando a Vanexxa tampoco ayuda.

Takako in Causeway Bay (sábado 8 de noviembre)

Después de otra noche que no es noche o no como me gustaría que fueran mis noches, después de buscar y encontrar alguna referencia, alguna foto que no debería haber buscado, que no me hace bien haber encontrado, después de dormirme o algo parecido después de las 8 de la mañana, me levanto sin ganas cuando son las 2 de la tarde.

Veo que han metido una nota bajo mi puerta recordándome que tengo que paga este mes.

Mi típico desayuno de hipérico, vitaminas, paracetamol, leche con cadbury y cereales. Volver a acostarme un poco. Finalmente, aunque no tengo muchas fuerzas ni ganas, decido ducharme para ir a mi cita con la chica japonesa.

A las 6 y 13 he recibido un mensaje de ella diciéndome que ya está. Takako es una chica pequeña y delgada. Habla poco. Lleva bajo el brazo folletos de másters de negocios. Me lleva sin apenas decir palabra a un café en el segundo piso de un edificio cercano a Times Square.

He decidido que debo hablar menos. Porque no tengo muchas ganas. Porque siempre, me temo, he hablado demasiado. Porque siempre pedí muchas explicaciones y di demasiadas. Quiero observar más. Basarme más en los hechos y menos en las palabras. Para desperdiciar palabras ya tengo este blog.

Pese a todo no consigo hablar menos que ella. Me pregunta por lo que hago. Lo que he hecho. Si me gusta Hong Kong. No debo de ser el latin lover que esperaba (nunca lo he sido) ni tener la categoría profesional que deseaba (de hecho, ahora no tengo ninguna).

Takako ha vivido en Canadá, en Malasia. Ha estado en Suecia y Alemania. Lleva ya cuatro años en China. Trabaja en comercio, no entiendo bien exactamente referido a qué, pero su pasión al contármelo no me incita a preguntar.

A las 7 me dice que tiene que irse porque tenía otra cita (antes había mirado el móvil varias veces). Al menos se niega a que pague. Ella pagará lo suyo. Takako saca su cartera Tod’s ocre de su bolso ocre Tod’s.

Se levanta y se va. No lo lamento. No creo que se haya enamorado de mí. Hace tiempo que creo que no puedo enamorarme.

Me quedo acabando mi cocacola. Tengo una llamada de un número que no reconozco en mi móvil.

Ceno en Maxim´s.

En Hong Kong, algunas personas caminan con mascarillas en la cara.

Subo esta entrada.

Me preparo para ir de nuevo al Soho.