viernes, 12 de diciembre de 2008

El turista accidental II (viernes 12 de diciembre)


El cielo está nublado cuando salgo de mi habitación a las 2 de la tarde. Acabo de recibir un mensaje de la mujer ejecutiva que comienza diciendo “Buenas tardes, carino” (no puedo exigir que su móvil chino tenga ñ) y pregunta en qué lugar y a qué hora quedaremos para ir al cine mañana.

Lo que debería haber hecho hace dos meses lo hago hoy. En la parada de Admiralty pregunto a un hombre dónde está Pacific Place Two. Cruzo el paso elevado y una vigilante vuelve a indicarme la escalera mecánica precisa. Subo en un ascensor en el que uno teclea antes de montarse en él a qué piso desea subir. Subo hasta vigésima planta.

En el consulado español la atención “a españoles” termina a la una. Son casi las cuatro. Pese a todo pregunto a la mujer china que está tras la ventanilla por el nombre que me dio hace casi dos meses la mujer española de Discovery Bay. Resulta ser una mujer de Burgos agradable que vive también en Discovery Bay con sus hijos y un perro. Me pasa una lista de centros donde se imparte español. Me dice que a veces es un poco complicado conseguir un permiso de trabajo. Me da su tarjeta por si necesito cualquier cosa. Me pide mi curriculum por si sabe de algo. Cuando se lo entrego hace un comentario sobre lo corto que llevo el pelo ahora.

Decido, aprovechando el día y el ánimo, entregar mi curriculum personalmente en algún lugar más.

En Central lo entrego en una academia de lengua española dirigida por un español. El dueño está de vacaciones y me atiende alguien del que su tarjeta indica que es coordinador de estudios. Es de León y me dice que de momento no necesitan a nadie. Que no lo ve muy fácil en Hong Kong. Puedo equivocarme, pero parece la clase de persona que no ve nunca las cosas fáciles y que no desearía saber o pensar que no son tan difíciles las cosas que ha conseguido. Lleva el pantalón demasiado alto. El pelo podría parecer más suave. Gracias a él descubro que hay una compañera de tiempos de la universidad de lectora en la Universidad China de Hong Kong, que está al norte de los Nuevos Territorios.

Se lo entrego también a la recepcionista del Hong Kong Institute of Languages. No necesitan a nadie en un centro de enseñanza para niños.

Tal vez no sea fácil, no hubiera sido fácil, pero creo que depende, que ha dependido más de mi cerebro. También me dijeron que no era fácil en Noruega o el Reino Unido. Y no fue tan difícil. Aunque mis expectativas eran otras, mi cerebro era otro.

Como o ceno en Maxim’s. Compro dos versiones chinas muy curiosas de los últimos discos de Radiohead y Rem que contienen las canciones de éstos y docena y media más.

En mi habitación, lavo la camisa a mano y la tiendo en la percha bajo la ducha.

Tomo gingkgo, kava y vitaminas con un Smirnoff Ice.

Veo El Turista Accidental y entiendo la tristeza del protagonista (pese a que mi pérdida fuera seguramente insignificante y otra) y envidio como aparece la solución en forma un estrafalario amor que lo persigue.

Recibo un nuevo mensaje de una joven china de 27 años con la que chateo unos minutos.

Cuando le propuse que escogiera la hora y el lugar a la ejecutiva, me respondió con un mensaje que acaba diciendo “Can’t wait”.

Por desgracia, yo sí que siento que puedo esperar a conocer a una desconocida a la que he conocido por Internet. Por desgracia, siento que no puedo, que no deseo esperar mucho más tiempo a que sucedan ciertas cosas. Ojalá en ambos caso esté equivocado.

La soledad en Internet (viernes 12 de diciembre, madrugada del sábado)

Puede que sean estas fechas, la cercanía de las navidades hasta en un lugar no propiamente cristiano como Hong Kong. A veces las imágenes son demasiado poderosas.

O puede que sea esta ciudad repleta de centros comerciales y escaleras mecánicas, de anuncios de rostros pálidos e imposibles.

Tal vez sólo que Internet es un buen lugar para los solitarios. Un buen lugar donde intentar ocultar infructuosamente la soledad.

Cuando regreso del Soho por la noche he recibido cuatro mensajes más.

Un mensaje de una estudiante china de 19 años.

Un mensaje con fotos de una chica que se define como “curvy and with frame” que estará sola en navidades en Hong Kong.

Un mensaje con fotos de una mujer nigeriana, la cual me parece entender que vive en Nigeria con su hijo.

Un mensaje de una chica que dice salir de una relación con un “broken heart” y desea conocer gente.

Puede que sean las navidades. Puede que sea Hong Kong. Puede que sea Internet.

Hace dos años visitaba a alguien y recibía la llamada de alguien y me sentía falsamente (tal vez, porque en el fondo era consciente de la realidad, tal vez también del futuro) acompañado Hace un año pensaba que estas navidades serían diferentes.

Puede que sea estas fechas. Puede que sea Hong Kong. Puede que sea Internet. Puede que sea yo.