lunes, 10 de marzo de 2008

Alegrías generales y parciales (domingo 9 de marzo, madrugada del 10)

Algo es algo. Tendremos al menos la suerte de no ver al Partido Popular en el Gobierno. Las sociedades, en momentos, son más inteligentes de lo que cierta gente piensa. Y, pese a todo, me parecen excesivos esos diez millones de votos que han conseguido con su tono homófono, xenófobo, ultraconservador… Votos que, al menos, suman bastantes menos que los de la izquierda.

No me molesta tampoco la gran bajada de la supuesta izquierda nacionalista catalana (con esa recurrente y absurda idea de que se puede ser de izquierdas y nacionalista), aunque sí lamento el gran batacazo de Izquierda Unida. Hoy es un poco más imposible que nunca mi deseado Gobierno de coalición entre PSOE e IU. Pero creo que, en Izquierda Unida, deberían reflexionar sobre ello, preguntarse por qué pierden votos en cada convocatoria, si su excesiva cercanía a la supuesta izquierda nacionalista (y más a la filoetarra de ANV) les ayuda, si no les faltan figuras de relevancia, si presentar dos estúpidas candidaturas en Valencia no podría haberse evitado…

Una vez más lamento no poder compartir esta alegría general y muy parcial con alguien. Que la estupidez y el egoísmo lo hayan impedido. Haber seguido la campaña. Disfrutar la victoria de la izquierda aquí en Barcelona, en Chicago o en cualquier lugar del mundo… Al menos cuento con mis dos compañeros del peripatético supergrupo. La dulce ingenuidad de la Capitana Golfa. El casi siempre sano y un poco tergiversado cinismo del Capitán Honestidad. Ha estado, al menos, en mis carencias, bien disfrutarlo con ellos (y en la distancia con la familia y con algunas personas más). Nuestra torpeza y candidez no nos harán grandes, pero su hospitalidad me hace sentir querido, mejor y levemente más sano…

Debo empezar a despertar de esta incómoda e improductiva somnolencia. Buscar ya cierta ocupación, un trabajo. Disfrutar de las calles de Barcelona. Abrir unos ojos nuevos a días de nuevo soleados.