martes, 28 de agosto de 2007

Comenzando (12 de agosto)


COMENZANDO:

Después de enamorarme (si se dice así) por primera vez y equivocarme (después de hacerlo como un quinceañero con casi treinta años), después de enriquecerme y empobrecerme, después de enfermar y no sé si vacunarme, después de año y medio de idas y venidas sin moverme, y de estar quieto moviéndome, después de que hayan pasado treinta años sin enterarme de nada o casi nada, sin enterarme, después de haber sido torpe en mis habilidades y hábil en mis torpezas, tal vez haya sido una buena idea haberme venido a trabajar a este lugar de este imperio derrumbándose, a este lugar perdido en la nada, Waukegan, Illinois, Estados Unidos de América.

Puede que haya sido una buena idea haber venido a ser profesor a este lugar a una hora en tren desde Chicago, parecido al escenario de una segunda parte pelín más cutre de “Carretera Perdida” (espero que no un pelín más compleja), con sus Wendy’s y sus McDonald’s, sus Dunkin' Donuts, sus autodealers (con sus coches japoneses, coreanos, europeos, americanos cuyos interiores parecen sin acabar), sus restaurantes de 24 horas, sus Wall Marts, sus carreteras, sus coches japoneses, coreanos, europeos, americanos cuyos interiores parecen sin acabar y que son imprescindibles para ir a sus Wendy’s, sus McDonalds, sus Dunkin' Donuts, sus autodealers, sus restaurantes de 24 horas, sus Wall Marts, para llegar a cualquier sitio donde uno necesite o no necesite llegar (y uno entiende más cosas sobre el petróleo, la gasolina, visitas a países de oriente medio y ese querer regalar ese supuesto medioinvento de un señor antiguo llamado Pericles sin envolver ni preguntar).

Y en esta especie de vida nueva (porque nada es nuevo nunca, y no tires esa prenda que ahora te parece horrible, porque la moda vuelve siempre y volverá), estoy aquí, en esta mañana de domingo, en esta especie de hotel de carretera, en este, repitamos sin mucho convencimiento su nombre, “Quality Inn”, perdiendo tal vez ciertos complejos, y siendo tal vez demasiado indiscreto (aunque nunca lo haya sido en exceso) sobre mi propia vida, empezando este blog para que todo el mundo sepa lo que quizás todo el mundo sepa, o no le importa, pero añadiéndole detalles, fotos borrosas de mi cámara digital (tan exclusiva como todas las cámaras digitales), personalidad a lo que es inevitablemente personal, coloquialidad para lo que es inevitablemente coloquial (aunque yo me suela mover de un extremo a otro), supongo que para ser querido (para lo que hacemos todo nos guste reconocerlo o no) y hacer engañosamente mía una pequeña parte de esta red de redes que ha sido siempre este mundo, no sé si ahora un poquito más, este mundo que este ectomórfico Capitán Logos siempre ha dicho que es muy complejo (o muy absurdo o muy sencillo, pero siempre muy complejo).

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