lunes, 8 de octubre de 2007

Mi polla (sábado 6 de octubre)

Podría utilizar la palabra pene, pero me parece por lo general más gráfica y acertada ésta para cuestiones no médicas. Y sé que es más fácil y agradable de leer un blog con fotos (con más fotos que éste), pero perdonadme que en este caso, de nuevo, no incluya foto. Estoy seguro de que es fácil de entender.

Todavía no me he acostumbrado a mi polla. Todavía la estoy conociendo. Tamaño medio, supongo. La línea recta perfecta suele ser una utopía en estos casos. Circuncidada a los casi dieciocho. Pocos detalles más para destacar. Aceptable. Quizás que suelo necesitar crema hidratante porque soy de piel sensible, y donde es más sensible, más. Físicamente también normalito. Desde que estoy en Chicago incluso un más delgado que de costumbre.

Todavía no me he acostumbrado a mi polla. Aún la estoy conociendo. Pensé que todo sería más sencillo. Pero no. Me ha tocado una polla entre torpe e inteligente.

Mi polla decide si es correcto. Mi polla decide cómo y cuándo. A mi polla hay que ganársela.

Como un perro con su amo, mi polla me obedece, generalmente, sin problemas, en privado. Pero cuando conoce gente nueva, hay que ganársela.

No basta con decirle: funciona. No hay que esperar que funcione porque sí.

Mi polla es la que decide si soy deseado, si la otra persona merece que la desee. Y puedo hacer lo que sea sin ella. Sin tabúes, sin escrúpulos. Soy limpio por naturaleza, pero con higiene y deseo no veo inconveniente en hacer cualquier cosa. Puedo hacer cualquier cosa con mis manos o mi lengua. Pero si se desea el servicio de mi polla, tengo, tiene que sentirme deseado. Tiene que sntir que la otra persona desea recibir placer tanto como darlo. Que la otra persona se esforzará sin esfuerzo para hacerme sentir cómodo, para excitarme, para colmar mi deseo.

Podría llamarlo "impotencia funcional". Pero no es cierto. Es más complejo y más complicado.

El mundo es muy complejo. Mi polla es también muy compleja. O no tanto.

Teóricamente diferencia amor de sexo, aunque no es seguro, en la realidad nunca ha podido demostrarlo.

Teóricamente no sabe de géneros, aunque no es seguro, con uno nunca se ha sentido inclinada a intentarlo.

Nunca ha podido diferenciar lo afectivo de lo efectivo. Nunca ha sido efectiva sin lo afectivo. Y no es cuestión de segundos, minutos, horas. Es cuestión de no tener prisa. De que ella se sienta segura, de que no sea una prueba, ni una comparativa, de que no haya prisa, de que ella esté segura de que la otra persona es la correcta.

No resulta nada útil, en apariencia. A mí, no me he beneficiado, no me benefica en nada. En principio. Tal vez, en un juicio por violación, si el juez me conociera, si el juez conociera mi polla, sabría que yo de ninguna manera puedo ser el violador. En una guerra no podría humillar al enemigo violando sus mujeres. Me temo que tampoco tengo presente ni futuro como actor porno. Pero tampoco puedo disfrutar con una persona si mi polla decide que así no es la manera, que la otra persona no se lo está mereciendo, que la otra persona no es la indicada. Que no la deseo o no me está deseando lo suficiente.

Mi polla es muy poco masculina, si entendemos por masculino lo que hasta hoy se ha entendido, lo que hasta hoy se entiende, por masculino.

A mi polla no le hace efecto el viagra, el cialis... O muy poco, a veces se deja engañar por instantes... Pero se acaba dando cuenta, y los desprecia sin miramientos. Otras veces, sin ellos, parece que los hubiera tomado. Todo depende de ella. De lo que ella piense.

Mi polla no es muy práctica para este mundo. Para este mundo moderno. A veces acabo harto de ella.

Peo hay en otros momentos en lo que creo que, me guste o no, acierta, es mejor radar que lo que otras partes de mi cuerpo, mi mente o mi corazón indican. Aunque tenga que ser, en ocasiones, demasiado sincera.

Porque, sí, a veces piensa antes mi polla que mi cerebro. Pero en mi caso es distinto.

Adiós tabúes masculinos. Adiós complejos absurdos sobre potencias e impotencias. Sobre machos dominantes. Voy a darle el beneficio de la duda.

Porque, cuando esa persona aparezca, cuando esa persona aparece, cuando esa persona reacciona correctamente por momentos, mi polla reacciona. Pero mi polla sabe que no vale por instantes, que no vale por momentos. Que hay que esforzarse de manera constante. Sin suplicar, sin rebajarse. No. Sólo con generosidad, entrega, honestidad, deseo.

Si, si mi polla percibe, si mi polla descubre eso, veremos de lo que es capaz mi polla, de lo que soy capaz, de lo que he sido capaz y no me han dejado por torpeza y egoísmo. Veremos todo lo que pueden ofrecer mi polla, mi cuerpo, mi corazón, mi cerebro.

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