miércoles, 15 de octubre de 2008

Painted Skin (martes 14 de octubre)


Como ya casi era de esperar, de nuevo o ya de viejo, compruebo que no tengo internet una vez más. Me echo sobre la cama. Aunque mientras cenaba en el maxim's se me habían ocurrido algunos versos no tengo ganas de intentar nada ni puedo evitar ponerme un poco triste pensando un poco en lo de siempre.

Pese a todo, consigo al menos volver a vestirme e intentar ver una película. Pero como todo parece venir de la mano, y mi cabeza no facilita nada, me confundo de hora y la película que había pensado ver ha empezado hace 20 minutos en los cines de Times Square. Venga, sigamos intentándolo. Y aunque mi orientación tampoco acompaña, consigo encontrar los JP Cinema sobre el Wellcome 24 horas. Y quizás, como pequeño regalo por mi perseverancia, empieza en quince minutos. Hago tiempo comprando unas gominotas en el Wellcome y haciéndome invitar a un refresco (en este caso un Lucozade de frutas de verano, de sabor un poco espantoso, pero con guaraná, ginseng y cafeína), como últimamente hago, pagando las gominolas mientras me lo bebo con cara de occidental despreocupado.

La sala de cine es bastante amplia, aunque la pantalla resulte tal vez demasiado grande. Antes de la película echan algunos trailers de películas norteamericanas. El último musical juvenil de la Disney parece devolverle su perdida y últimamente recobrada capacidad de provocar miedo.

Painted Skin es una película supuestamente basada en un cuento popular chino del S. XVIII, en la que saltan a lo “Tigre y Dragón”, con demonios con forma humana y algún efecto especial. Además de un aire involuntariamente “camp” y una dirección y montaje un tanto “naïve”, siendo benévolos. El final es un poco a lo Romeo y Julieta, aunque resucitando todos, salvo, claro, la pareja de demonios.

Pese a todo, es fácil reconocer, más allá de Propp, algunos paralelismos con los libros de caballería europeos en sus personajes y figuras, aunque encuentro que la gente se ríe en supuestos momentos cómicos de manera desconcertante.

También resulta curiosa la imagen, supongo que contenida en el cuento, de la bella mujer demonio que, para mantener joven su piel humana, debe devorar corazones, mientras intenta mantener una ambigua y siempre complicada imagen de mujer socialmente encantadora y seductora. En fin, la vida y el mundo son muy complejos, en España y en China, ahora y hace 400 años.

Zhou Xun, la actriz demonio/protagonista, realmente bella.

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