miércoles, 15 de octubre de 2008

La luna entre los rascacielos en domingo (domingo 12 de octubre)


Es domingo y aún no tengo internet. Me levanto tarde. Desayuno. Leo el librito con la biografía y obra de Gauguin y, aunque su obra me gusta, no me acaba de caer bien como persona. Creo que hay aparentemente más verdad en su obra que en sus palabras o su vida. Y no sé que verdad es ésa. Creo que, entonces, hay menos verdad en su obra.

Cuando salgo a la calle está de nuevo anocheciendo. Decido probar a comer/cenar en un pequeño restaurante local, pero es un error. Lo que creía que era un pescado a la brasa son unas duras, secas y frías rodajas de pescado en una salsa que no sé si es de soja que le da cierto sabor a castaña pilonga. Intento parecer educado y le pido que me de un envase para llevármelo.

Tras tirar, lamentando tirar parte de lo que fue un ser vivo, mi cena en una papelera, camino hasta Wan Chai. Allí me compro dos pinchos de pollo a la brasa en un puesto callejero donde me atiende en inglés un joven muy simpático y con mucha pluma.

Mi sentido arácnido de orientación me lleva involuntariamente hasta Fortress Hill. Todo son grandes avenidas, supermercados y galerías comerciales.

Apunto una vez más la tristeza en mi agenda de los últimos dos o cuatro años al ver la luna entre las nubes y los rascacielos.

Decido volver a mi apartamento.

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