miércoles, 15 de octubre de 2008

Chinos y chinas (martes 14 de octubre)

El día se presenta algo absurdo. Parece que dispongo de Internet durante algunas horas, pero luego se pierde la conexión. Fuera, en el pasillo, está sentada la que desde el lunes parece mi nueva y “simpática” compañera de piso/habitación, esperando a que el filipino consiga conectarla. No sé exactamente de qué nacionalidad es, aunque habla en inglés mucho mejor que yo. Oculta su pelo negro occidental bajo el tono oxigenado de una Madonna años ochenta. Decido ducharme y salir a la calle.

Tengo el ánimo un poco bajo. Poco a poco, sigo en mi tarea de reconocimiento de Causeway Bay. Atravesando su mercadillo de ropa me fijo en una chica realmente bonita que camina delante de mí.

Compruebo que entre los chinos y las chinas, en comparación con Europa, y mucho más con los Estados Unidos, apenas hay obesidad. Ellos apenas tienen vello corporal y pienso que, siguiendo las reglas del márketing, para diferenciarme, seguiré con barba. Intentaré “posicionarme” como “occidental con vello facial”. Como prototipo latino lo veo más complicado. También tienen el pelo muy liso y, muchos de los jóvenes, lo llevan un poco “estilo manga”, con flequillos lisos formados por dos o tres mechones. Ahí también voy a ser occidental. Y si algún investigador no lo remedia, cada día de manera menos discreta.

En cualquier caso, habiendo, como en todas partes, todo tipo de personas, en Hong Kongveo china realmente bonitas con unos cuerpos estupendos, largas melenas lisas, faldas cortas y botas de caña.

Ceno sobre las siete de la tarde un set de entrecot, pollo frito a la vietnamita, algunos vegetales y patatas fritas y un sprite, por apenas 4,5 euros, sentado frente a la gran ventana de un maxim's.

Como no hay ninguna película china que empiece en esos momentos en los “UA Cinemas” de Times Square, regreso a mi apartamento.

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