Junto a los rascacielos y los mastodónticos centros comerciales de corte occidental, calles abarrotadas, carteles descuidados y grises y mercados callejeros.
Algunas de las calles de Hong Kong parecen de una civilización que fue importante, ya acabada. Pero no parecen las calles de una antigua ciudad china o asiática. Todo parece algo más insalubre y extraño. Más parecido a una ciudad de Blade Runner.
En el parque de Kowloon se percibe también una extraña tristeza entre los escasos árboles, el sonido de los pájaros interrumpido por el de los aviones y un anciano haciendo Tai Chi al atardecer.
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