miércoles, 17 de diciembre de 2008

Amor, personas y filósofos (miércoles 17 de noviembre, madrugada del jueves)

No, hoy tampoco he visitado ningún lugar nuevo en estos mis últimos días en Hong Kong.

Por la noche, si saber bien por qué o sin querer saberlo, tengo frío. Me acurruco bajo el edredón nórdico, intento jugar con el aire acondicionado para que dé algo de calor.

Parece que ya pasó definitivamente el efecto placebo del kava. Tampoco parecen hacerme mucho efecto los comprimidos de hierbas para dormir. El Dorken 5mg. Son más de las 5 de la mañana.

Pese a todo me despierto temprano. Pero no me levanto. Me quedo dormitando en la cama, acurrucado bajo el edredón nórdico, hasta casi las tres de la tarde.

Paso el día leyendo recortes de artículos de periódico que me traje de España. Una columna de José Vidal-Beneyto de El país me anima a conocer a al filósofo André Gorz y la historia de amor con su mujer Doreen.

Marxista, existencialista que se distanció después de Sartre, confundador de Le Noveul Observateur, defensor de la ecología y una nueva izquierda. Todo esto ya le haría importante.

Pero lo más importante, creo, pienso, es cómo una persona puede ser fiel a sus principios, a los más importantes, en todos los sentidos. También en los sentidos de la piel y la carne.

En Carta a D, Historia de un amor, cuenta su vida y relación con su mujer. Sus 58 años en común. Sus 34 años luchando también contra el cáncer de ella, con la enfermedad degenerativa surgida de una intervención contra él.

Esta carta acaba diciendo:

“Acabas de cumplir 82 años, has perdido 6 centímetros y no pesas más de 45 kilos, pero sigues teniendo la misma belleza, y yo te quiero más que nunca. El insoportable vacío de no ser una sola cosa contigo sólo lo calma el calor de tu cuerpo contra el mío. Por lo que si contra toda evidencia existiera otra vida, querríamos también vivirla juntos”.

Antes dijo: “A ninguno de los dos nos gustaría sobrevivir al otro”

El 29 de septiembre de 2007 se suicidaron en su casa del pequeño pueblo de Vosnon, en Francia.

El 2007 fue el final de muchas cosas. Pequeñas, patéticas e insignificantes en mi vida. Otras importantes, como la de estas dos personas.

Mi vida siente envidia de su vida y de su muerte.

No hay comentarios: