domingo, 19 de octubre de 2008

Subidas y bajadas (jueves a sábado del 16 al 18 de octubre)

No todos los momentos son iguales.

Por momentos, por unos instantes, durante unos minutos, siento que Hong Kong puede ser un lugar agradable en el que vivir durante un tiempo.

En otros, siento que aún no acabo de despertarme. De librarme del peso en el pesado, absurdo y estúpido saco que arrastro en mi interior desde hace más de dos años.

Paso muchas horas en mi habitación/apartamento de 11m2.

Pienso en cuántas horas ha dedicar una persona en el s. XXI a reconfigurar a volver a cargar su Windows después de que un virus espía lo infecte pese a los antivirus y antiespías.

Camino por las calles de Hong Kong.

Compro comprimidos de glutamina para intentar no envejecer demasiado en estos días en que mi juventud se esconde.

Duermo casi toda la tarde del jueves.

Vivo a base de leche, cereales, plátanos, manzanas, pharmaton, extracto de semillas de uva, comprimidos de alfalfa, levadura de cerveza, cola de caballo, ajo, gotas de hipérico y epilobio, agua, zumo de naranja, paracetamol, entrecots de cadenas de comida rápida chinas y pepsicola.

Leo El País del martes en la Biblioteca pública el viernes.

Añado algunos complementos y entradas a este blog.

Compro dos pequeñas pesas azules de plástico de 12 libras.

Leo el librito sobre la biografía y obra de Klimt y recuerdo otros momentos y una película indescriptible, pese a John Malkovich y la siempre atractiva Saffron Burrows, que mis compañeros del teatro de Edimburgo desconocían al señalársela en una fiesta.

Y esos recuerdos y otros, parece que inmortales, que mi estúpida mente se empeña en oír y visualizar de nuevo , que aún no consigo borrar o traspasar a una zona menos sensible de mi cerebro, también viven conmigo en mi apartamento de 11 m2.

Algunos sueños desconcertantes.

Cuando ha pasado ya más de una semana desde que he llegué a Hong Kong.

1 comentario:

Celia Ruiz dijo...

Trece años de expatriada y las subidas y bajadas siempre están presentes, independientemente de lo feliz que me haga el país de acogida... y ese montón de horas en la habitación o dando tumbos de un lado a otro, pues cada vez que hay que empezar de nuevo y encontrar amigos y hacer rutinas...
Saludos y aprovecha, que Hong Kong debe ser la bomba!!!