viernes, 19 de octubre de 2007

Casi una semana (jueves 18 de octubre)

Casi una semana.

Qué decir.

Conocí un bar que parecía de la película “Uno de los Nuestros” con un cartel de la película “Uno de los Nuestros”.

6$ por una copa. Viejos camareros que no piden el ID.

¿Entreponerme? ¿Anteponerme? Entre los “chicagoans” del lugar, con alguna cerveza/copa de más y el grupo de compañeras españolas de Carpentersville con las que estaba (y sobre todo su atractiva compañera puertorriqueña).

Regresar a las 2 de la mañana a casa.

Conseguir por fin el lunes mi número de la seguridad social borrado accidentalmente por la mujer de 50 años, más o menos, “en prácticas”, que me lo hizo la primera vez hace tres meses.

Comprobar que para las autoridades/administraciones de Estados Unidos tengo cuatro nombres diferentes, con mis apellidos ubicados/seleccionados de cuatro formas diferentes.

Hablar con mi compañero de Wicker Park sobre mi vida y la suya (su relación con el director del museo de arte contemporáneo más famoso de Castilla y León). Es psicólogo y me recomienda, como ya sospechaba, un psiquiatra si quiero que me receten algo. Entiendo algunos de sus consejos. Entiendo algo más de mi vida cuando me habla de la suya. Las otras personas, no tanto nosotros, parecen tener perfiles similares.

Estar muy cansado.

Seguir triste.

Llorar a veces.

Saber que el viernes la directora me hará mi primera evaluación.

No poder ir al trabajo el jueves.

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