miércoles, 26 de septiembre de 2007

¿Recargando baterías? (martes 4 de septiembre)

Me levanto una vez más de noche, con sueño. No tengo tanta prisa. Hoy voy al trabajo por primera vez en mi nuevo/viejo coche. Entro en él. Meto la llave. No hace absolutamente ningún sonido. Ansolutamente ninguno. Lo intento varias veces. Nada. Decido dejarlo, porque en el siguiente tren ya llego tarde, pero si no salgo también lo perderé.

En el tren compruebo, cuando me pide el billete el revisor, que seguramente en el último viaje, decidí regalar los cinco viajes que me quedaban en el bono. Mi cabeza y el moderno sistema de dejarlo en una pequeño soporte de metal para que los vea el revisor lo han conseguido. Es la segunda vez. Busco dinero. No tengo. Y en la compañía de trenes no aceptan tarjetas. El revisor decide invitarme.

Regreso en el primer tren que puedo para intentar ver qué le ocurre al cohe. Me han comentado que, si no suena absolutamente nada, es la batería. Al llegar veo una pareja de jóvenes negra que se baja de un todoterreno. Les pregunto si tienen pinzas, pero no tienen. Un hombre blanco que estaba sentado en las escaleras de la antrada de su casa se acerca. Parece de clase baja. Me dice que él tiene. Acerca su furgoneta. Me ayuda a encontrar la palanca para abrir el capó del coche. Pone las pinzas. Manda a su hijo pequeño a casa a por una llave. Se acercan dos amigos. Revisa los bornes. Aprieta las tuercas. Me indica cuándo encender el motor, cuando parar. Me dice que, posiblemente, se deba a que es una batería vieja. Que, si me vuelve a ocurrir, me compre una batería nuvea. Que en la K-Mart no costará más de 45$. Que si quiero, si necesito comprarla, él me la pone. Es muy amable. También muy americano. Parece mecánico o cualquier otro trabajador del sector oficios. Le digo que, cuando tenga ya el apartamento pintado y con muebles, pienso hacer una fiesta de inauguración. Que está invitado. Me lo agradece, dice que no faltará.

Cojo el cohe para que se acabe de recargar la batería. Vuelvo a perderme en Chicago. Conduzco por calles que creo lejanas y más tarde descubriré que están junto a mi apartamento o que empiezan junto a mi apartamento y terminan, quién sabe, esto es América, tal vez en Nuevo México.

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