Me levanto a las 9 de la mañana del domingo para intentar coger el primer tren a Waukegan. Se supone que abren la escuela de 9:00 a 13:00 para que podamos preparar/rematar las clases. Yo llego inevitablemente a las 12. Pego algún pequeño cartel que me han dejado para tapar algunos desconchones. Termino de quitar los libros de matemáticas que había en mis armarios. Meto los míos de ciencias y ciencias sociales. Es curioso cómo les preocupa que las clases parezcan de Ágatha Ruiz de la Prada mientras aún no sé que curriculum tengo que enseñar a mis alumnos, en qué idioma o con qué libros.
Una vez que la clase está como mínimo aseada, me dirijo a coger el autobús para ir a la estación de tren y, de allí, a Chicago. Devlin me ha llamado par decirme que cree que podemos hacer la mudanza el Miércoles. La pareja de chicos españoles me ha mandado un mensaje diciéndome que, aunque el Dvd no graba, el resto del ordenador parece arreglado.
Cuando llego a Wicker Park me cruzo con una “Garage Sale”, los inquilinos de un apartamento se mudan e intentan venderlo todo. Me quedo un televisor por 20$ y dos cojines por 4,5. Pregunto por unos cuadros que pinta uno de ellos. Sus precios van de los 50 a los 250$. Tal vez podrían quedar bien en mi apartamento y no son caros, pero no tengo allí dinero y no puedo cargar con ellos y el televisor. Hablamos de ello. Levemente de nuestras vidas. Me indican que en el barrio hay muchas chicas solteras.
En Wicker Park hace una bonita tarde de domingo. Hay puestos de manualidades, comida y artesanía en las calles. Una banda de música tocando junto a un cantante un tanto “indie” y “moderno”. Niños latinos bañándose la piscina pública.
Antes de ir a buscar mi ordenador a casa de la pareja de chicos españoles paro a comer pollo asado en un establecimiento de comida rápida regentado y atendido por mejicanos. Junto a mí, en los taburetes de colores brillantes fijados sobre el suelo brillante, comen un hombre y una mujer policías. Por mi manía de preguntar no consigo hacerles una foto.
Paso por el apartamento de la pareja de chicos españoles. Charlamos un rato. Recojo el ordenador. Me despido.
Después de pasar por casa voy a la “Charleston Tavern”, a tres minutos andando de casa, para intentar actualizar el blog. Subo alguna entrada. Intento ponerle fotos. Toca una banda de música. Es ya casi la una y mañana tendré que levantarme a las 5 para mi primer día de clase. Mañana intentaré darle mejor forma. Me voy a casa.
Una vez que la clase está como mínimo aseada, me dirijo a coger el autobús para ir a la estación de tren y, de allí, a Chicago. Devlin me ha llamado par decirme que cree que podemos hacer la mudanza el Miércoles. La pareja de chicos españoles me ha mandado un mensaje diciéndome que, aunque el Dvd no graba, el resto del ordenador parece arreglado.
Cuando llego a Wicker Park me cruzo con una “Garage Sale”, los inquilinos de un apartamento se mudan e intentan venderlo todo. Me quedo un televisor por 20$ y dos cojines por 4,5. Pregunto por unos cuadros que pinta uno de ellos. Sus precios van de los 50 a los 250$. Tal vez podrían quedar bien en mi apartamento y no son caros, pero no tengo allí dinero y no puedo cargar con ellos y el televisor. Hablamos de ello. Levemente de nuestras vidas. Me indican que en el barrio hay muchas chicas solteras.
En Wicker Park hace una bonita tarde de domingo. Hay puestos de manualidades, comida y artesanía en las calles. Una banda de música tocando junto a un cantante un tanto “indie” y “moderno”. Niños latinos bañándose la piscina pública.
Antes de ir a buscar mi ordenador a casa de la pareja de chicos españoles paro a comer pollo asado en un establecimiento de comida rápida regentado y atendido por mejicanos. Junto a mí, en los taburetes de colores brillantes fijados sobre el suelo brillante, comen un hombre y una mujer policías. Por mi manía de preguntar no consigo hacerles una foto.
Paso por el apartamento de la pareja de chicos españoles. Charlamos un rato. Recojo el ordenador. Me despido.
Después de pasar por casa voy a la “Charleston Tavern”, a tres minutos andando de casa, para intentar actualizar el blog. Subo alguna entrada. Intento ponerle fotos. Toca una banda de música. Es ya casi la una y mañana tendré que levantarme a las 5 para mi primer día de clase. Mañana intentaré darle mejor forma. Me voy a casa.
1 comentario:
Rick era un tipo duro que jugaba al ajedrez y tenía un club en el culo del mundo. Había luchado en todas las guerras porque había creído en todas las causas. Un día, una vez, una mujer le hirió. Dejó de pelear por causas y se concentró en sentir efectos. Ella volvió, le pidió un favor, le dio un par de causas que le permitieron reconquistar París y entonces él pudo dejarla marchar. Para siempre.
Ésta es la canción de París, la canción de su amor que pudo volver a escuchar sin amargura:
You must remember this
A kiss is still a kiss
A sigh is just a sigh
The fundamental things apply as time goes bye
And when two lovers woo
They still say "I love you"
On that you can rely
No matter what the future brings, as time goes bye
Moonlight and love songs never out of date
Hearts full of passion, jealousy, and hate
Woman needs man, and man must have his mate
That no one can deny
It's still the same old story
A fight for love and glory
A case of do or die
The world will always welcome lovers as time goes byeA sigh is just a sigh
The fundamental things apply as time goes bye…
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