El Trankimazin devora lentamente las lágrimas. Ralentiza los movimientos y los días.
Hay un nuevo doctor. Un nuevo psicoanalista. Pero parece, me parece comprender algo más. Habla de descompensación de carácter. Me escucha y habla durante más de una hora. Es una consulta privada. Me da una nueva cita es una semana.
El Trankimazin camina lentamente con el Lantanon hasta mi mente.
Dos nuevas mujeres desean conocerme, ya tarde, en Hong Kong. La Capitana de Nueva Jersey y la vendedora de derivados preguntan por mí en sendos mensaje.
El Trankimazin y el Lantanon Se encuentran con el Zolpidem a las puertas del sueño en los días que terminan lentamente.
Es agaradable sentir que tu familia existe, que tú existes para tu familia.
Incluso hasta responder con una mensaje a la invitación de una amiga para salir este sábado.
El trankimazin, el Lantanon y el Zolpidem provocan un sueño sin sueños en una navidad que pasa lentamente, recordando navidades que desearía no recordar, deseando sólo dormir en unas navidades sin sueños.
domingo, 28 de diciembre de 2008
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2 comentarios:
Al final no pude evitarlo. Creé mi blog. Con solo una entrada de momento, vacío y sin sentido como yo algunos ratos. Cada vez pienso a veces, cada vez menos, noto otras tantas. ¿Qué hora es ahí?
Bueno, Sunrise es esa que lleva siguiéndote aquí y allá ya no sabe cuánto. Tanto, que a ella misma le ha dado tiempo a perderse y encontrarse varias veces.
Y no es broma. Aunque sea hoy.
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