Llego cinco minutos tarde, corriendo y sudoroso, a mi cita con el psicoanalista. Le comento las imágenes que vi sobre un amaestrador de perros que cansaba a uno antes de intentar que superara su miedo al agua. Continúo recordando su última apreciación de la semana pasada: Vives de recuerdos. Sí, tal vez sea ése precisamente el problema. Que recuerdo demasiado.
Cuando comento que en una pareja buco honestidad y no un carácter repleto de altibajos, me dice que por hoy basta. Han pasado 10 minutos.
jueves, 19 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario